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Al mirar por la tele los partidos de los campeonatos de otros países, nos damos cuenta de que la mayoría de los encuentros se disputan a estadio lleno. El caso más cercano es la liga argentina, en la cual todos los equipos tienen sus aficionados que llenan los coliseos en cada juego. No hace falta que jueguen Boca vs. River para ver una fiesta en las gradas.
Lo mismo pasa en los partidos del fútbol europeo, pues, por ejemplo, en el campeonato italiano, pueden estar jugando Sassuolo vs. Cagliari y, de todos modos, el marco de público será acorde a un espectáculo futbolístico de primera división. Lastimosamente, ver estadios repletos ocurre muy pocas veces en nuestro campeonato.
Pero, ¿cuál es el motivo por el que nuestros partidos de primera división no se juegan a estadio lleno? En los últimos años, el fútbol paraguayo se ha nutrido de futbolistas clase A, ya sean nacionales o extranjeros, quienes han otorgado más jerarquía al balompié patrio. De todos modos, el entusiasmo por ver a estrellas consagradas por el mundo solo dura uno o dos partidos.
Las barras bravas son uno de los principales motivos del porqué nuestros estadios casi nunca están llenos. Es cierto que ellas hacen la fiesta en las gradas con la murga y los cánticos, pero también es verdad que alejan a las familias de las canchas, pues las peleas entre las mismas son constantes. El caso más reciente es el ocurrido en el partido entre Olimpia y Sol de América, en donde la hinchada organizada del Decano protagonizó una trifulca que obligó a la suspensión del juego y envió a la cárcel a decenas de "hinchas".
Otro de los impedimentos para asistir a los estadios es el precio de las entradas; los clubes se preocupan por lucrar antes que ver repletos los estadios. Cuando en otros países los tickets se venden a precios populares, en nuestra nación, normalmente, la boleta más barata se ofrece a G. 30.000 y ni qué decir cuando los partidos son internacionales.
El poco nivel de fútbol en algunos partidos tampoco hace mucho para que la gente desee asistir a la cancha. Nadie quiere ir a ver un aburrido juego de pelotazos que termina en empate o sin goles.
Olimpia y Cerro Porteño son los clubes que llevan mucho público cada fin de semana; aun así, pocas veces llenan sus estadios. Los dirigentes deberían empezar a preocuparse y preguntarse por qué la gente no va a las canchas. Esperemos que, en algún momento, nuestras gradas vuelvan a ser una fiesta, tal y como eran en los años '70, según nos contaban nuestros abuelos.
Por Brian Cáceres Verón (18 años)