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“Che Vale” es una organización creada por Camila, una joven voluntaria que, con el apoyo de otros jóvenes, ayuda a niños de 6 a 12 años de la fundación “Abrazo”, ubicada en la ciudad de San Lorenzo.
La entidad se dedica principalmente a la enseñanza de lectoescritura a aquellos chicos que tienen un problema de apoyo pedagógico en los hogares. La joven cuenta que anteriormente hacía voluntariado en otra organización llamada Alas y, en la actualidad, está en “Abrazo”. “Les tengo un gran cariño y esperanza a los chicos y pienso que es fundamental para ellos poseer una buena base de lectoescritura, para que puedan realizarse en el futuro”, expresa la adolescente con emoción.
Camila comenta que enseñar a los más pequeños es una experiencia increíble, pues ella también aprende algo nuevo de cada uno de ellos. “Son muy inteligentes y me ayudan a crecer como persona”, cuenta la joven, quien se siente satisfecha al ayudar a los niños de la fundación "Abrazo".
El nombre de “Che Vale” surgió cuando Camila estaba trabajando con los chicos; un niño le dijo en guaraní que no lo subestime, porque aunque pareciera muy cabezudo y problemático, él era muy vale cuando se proponía cumplir con alguna tarea. La joven afirma que se asombra con lo que aprende de los pequeños y cómo esa labor le ayuda a desenvolverse en varios aspectos. “No todo es fácil, pero soy feliz haciendo lo que me gusta”, manifiesta.
Camila dice que, la mayoría de las veces, las personas se dañan con las expectativas o se defraudan al no conseguir sus propósitos; por eso, espera hacer un bien a los niños y que quienes apoyan este proyecto sigan ayudando a la joven para que pueda avanzar hacia sus sueños.
“Los voluntarios son las personas más geniales, todos son muy talentosos y gracias a ellos también podemos llevar a cabo este proyecto que beneficia a los niños”, relata la adolescente.
Las perspectivas que ofrece enseñar son inigualables; muchas veces, las personas dejan pasar los pequeños detalles que esos niños les hacen apreciar, además, ver cómo avanzan es el mejor sentimiento del mundo, según la organizadora. Cami alienta a los jóvenes a que se animen y le acompañen a hacer la diferencia.
“Leer y escribir son necesidades básicas como tomar agua y respirar, enriquecen el alma y es la mejor conexión a ese mundo maravilloso de afuera”. En este caso, leer es el arma más fuerte de los chicos, para superar su realidad y seguir adelante; por eso es tan importante apoyar el proyecto, finaliza la joven.
Por Mónica Rodríguez (18 años)