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De vez en cuando, aparece una persona que, con sus palabras, se convierte en símbolo de revolución y en sinónimo de libertad. El personaje expresa su repudio contra la desigualdad que, según sus discursos, se debe a la "derecha". Sin embargo, luego de consolidarse, la figura se distorsiona y sus promesas se mezclan con las ideas que, supuestamente, aborrecía; entonces, nace la pregunta: ¿existe realmente una izquierda o una derecha?
La visión de ambos términos ha cambiado a través de los siglos; las ideas de los dos bandos surgen a partir de la Revolución Francesa. En este período histórico se creó una asamblea que posicionaba a quienes estaban a favor del régimen monárquico a la derecha, mientras que, a la izquierda de la junta, se encontraban los que querían el cambio.
A nivel popular, es aceptada la visión de que la derecha representa a los conservadores y la izquierda a los que abogan por un estilo de vida más abierto en cuanto a lo político, social y económico; aparentemente, estos conceptos varían según los intereses personales. En nuestro país, las palabras de defensa de los intereses de los trabajadores, al parecer, se convirtieron en disfraces oportunistas que sirven para ganarse a Juan Pueblo durante las elecciones.
Resulta confuso ver que aquellos que se consideraban opositores y proclamaban la igualdad de clases sociales, luego de embolsarse la confianza de la gente, cambian las zapatillas desgastadas por los vehículos de último modelo. De esta manera, uno llega a la conclusión de que, en la práctica, la izquierda y la derecha no tienen mucho significado, ya que los ideales no concuerdan con los actos.
Hay situaciones en las que la izquierda se muestra como una pantalla necesaria en una democracia y, cuando los autoproclamados “zurdos” consiguen algún cargo público, se sacuden los ideales. "Kelembú" representa el mejor ejemplo, ya que, luego de convertirse en intendente momentáneo de CDE, se encuentra del lado de su antiguo enemigo Zacarías Irún y ahora fue expulsado de su original partido de izquierda Cruzada Nacional.
“¿Cómo explicarle a un socialista que sus ideas son inservibles? Fácil, basta con mostrarle la situación de Venezuela”, afirman los internautas durante la crisis del mencionado país. El verdadero cuestionamiento es: ¿cómo un mandatario puede alejarse tanto de las ideas de igualdad socioeconómica y fortalecimiento de la clase obrera que dice defender? Aunque miles de personas tengan ideas definidas acerca de lo que representan la izquierda y la derecha, la diferencia de sectores no importa mucho si, al final, sus representantes continúan con acciones que nada tienen que ver con la defensa genuina de los ciudadanos.
Por Belén Cuevas (17 años)