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¿Cómo te sentirías si otras personas acceden a tus fotos, informaciones, chats y mucho más, sin que ni siquiera te percates? Los casos de invasiones a la privacidad digital y de espionaje de nuestra información son cada vez más frecuentes en la era tecnológica.
Esta clase de delitos informáticos se trata varias veces de cuestiones políticas a nivel global. Dentro de las más grandes polémicas, Mark Zuckerberg, creador de Facebook, el año pasado tuvo que rendir cuentas ante las autoridades sobre los datos filtrados de millones de usuarios que utilizan esta red social.
“¿Me dirías en qué hotel te hospedaste a la noche?, ¿te sentís cómodo revelando eso?” había preguntado uno de los senadores de la nación estadounidense a Zuckerberg, cuestionándole crudamente el problema, pues los datos filtrados fueron utilizados por la compañía Cambrigde Analytic y se vieron involucrados en el proceso de campaña de Donald Trump, sin que los usuarios lo autoricen.
La información que tenemos es muy valiosa para los criminales, ya que a los hackers no les interesan nuestros chismes, pero, además de hacer manipulaciones políticas, recaban informaciones que sirven para sostener redes de pedofilia, secuestros, violaciones, robos, etc. En efecto, para quedar alarmados, solo hace falta pensar en que, si los delincuentes acceden a tu teléfono, pueden saber sin problemas tu ubicación actual.
A inicios del mes, una brecha en la seguridad de Whatsapp permitió que hackers, supuestamente viculados con la agencia de espionaje israelí NSO group, logre adueñarse de datos ajenos de teléfonos de sistema Android y iOS, según publicó el “Financial Times”. Al descubrirse este malicioso programa, la aplicación, de la que Facebook es dueña, no tardó más de 10 días en corregir sus “puertas traseras” y, para que se elimine el peligro, es necesario instalar la última versión de la aplicación.
Con respecto a este error que permitía el acceso del software espía, el creador y administrador de Telegram, Pável Dúrov, decía que “nunca estaremos seguros con WhatsApp” y que “en los 10 años de existencia de esta aplicación ningún día esta fue privada”, asegurando que esto era de pensarse en una compañía que funciona en norteamérica.
No le queda casi nada que hacer al paraguayito ni a Marito ante potencias globales pues, en comparación, nuestro país no cuenta con gran inteligencia informática. Aún así, deberíamos preguntarnos si alguien en este momento está indagando en nuestra vida mientras nos hackea el teléfono desde el otro lado del mundo.
Por Eliseo Báez (16 años)