La guarania de Flores fue la inspiración para limpiar el arroyo Mburicaó

La contaminación de los arroyos es una triste realidad. Por eso, Araceli Silguero (19), coordinadora del proyecto Salvemos Mburicaó, se junta los fines de semana con voluntarios para sacar las basuras que se encuentran estancadas en el cauce hídrico.

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“Salvemos Mburicaó” es una iniciativa de los alumnos del tercer año de la carrera de Comunicación de la UNA. Araceli relata que el proyecto nació después de que analizaran las letras de canciones inspiradas en sitios conocidos de nuestro país. Los jóvenes debían investigar la historia de esos lugares y, posteriormente, preparar un documental para la cátedra de guaraní. “La mayoría de los grupos tenían ciudades; por ende, podían hablar de sus puntos turísticos. Sin embargo, con Mburicaó la historia era otra”, expresa la joven.

Araceli manifiesta que a uno de sus compañeros le llamó la atención el estado de contaminación del arroyo Mburicaó; por eso, propuso trabajar en la restauración del mismo. Al principio, creyeron que sería fácil iniciar con las actividades, pero se dieron cuenta de que se necesitaba tiempo y dedicación.

Después de recorrer casi toda la extensión del arroyo, unos 16 kilómetros y medio, empezaron a elaborar los materiales, como vídeos y flyers, para atraer voluntarios. Los trabajos se iniciaron oficialmente en junio y, hasta hoy día, se realizan las jornadas de limpieza durante los fines de semana, con el propósito de recuperar el agua cristalina que evocan José Asunción Flores y Víctor Montórfano en la conocida guarania “Mburikao”.

Araceli explica que tuvieron que organizarse para conseguir donaciones de guantes y tapabocas, con los cuales los voluntarios ingresan al arroyo y sacan las basuras. Comenta, además, que hicieron campañas de concientización, recorriendo casa por casa, a fin de explicar a los vecinos el propósito de salvar el Mburicaó.

Por otro lado, la joven relata que durante las jornadas de limpieza han sacado mucha basura y se siguen sorprendiendo de todas las cosas que la gente tira en el cauce hídrico, como carteras robadas, documentos, tomos enteros de libros, animales muertos, consoladores, alfombras, etc.

“Lo que más me gusta de este proyecto es que se trata de un servicio a la comunidad que nos beneficia a todos”, afirma Araceli, quien es consciente de que el medio ambiente es nuestro hogar, por lo que debemos cuidarlo. “Cada día hay más enfermedades, el aire es pesado, hace mucho calor; esto no es casualidad, ocurre porque no respetamos lo que la naturaleza nos da”, destaca.

Araceli comenta que los obstáculos con los que tuvieron que lidiar son: la burocracia, la tardanza de las autoridades municipales para apoyar el proyecto y la falta de predisposición de algunas empresas al momento de contribuir con donaciones. Por otro lado, la joven afirma que es necesario que los vecinos también pongan de su parte para mantener limpio el lugar. “La ciudadanía tiene que comprometerse y darse cuenta de que este arroyo desemboca en el río Paraguay y de ahí la Essap extrae el agua que luego consumimos. Es decir, todo vuelve a nosotros”, agrega.

El proyecto “Salvemos Mburicaó” fue el ganador del Premio Juventud de la Municipalidad de Asunción, en la categoría de Protección al Medio Ambiente. La estudiante manifiesta que todas las personas comprometidas con la causa se pusieron muy contentas por este logro, incluida la profesora de guaraní, quien es la tutora del proyecto.

Si bien los trabajos terminan en octubre como proyecto de universidad, Araceli manifiesta que tienen la intención de continuar con las jornadas de limpieza, pues el arroyo aún no se ha restaurado en su totalidad. “El medio ambiente es nuestra casa y debemos cuidarlo. No soy especialista, solo un ser humano más que se da cuenta de que necesitamos hacer algo por la naturaleza y ese cambio depende de cada uno de nosotros”, finaliza.

Por Viviana Cáceres (18 años)

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