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Los celos son sentimientos que se presentan en una persona cuando sospecha que su amor siente cariño por alguien más. Pareciera algo tan normal, común y corriente, ya que, supuestamente, demostrando a tu novio que sentís celos, le das a entender que solamente le querés mucho.
Esta situación hasta puede ser alarmante, porque en algunos casos, los hombres imponen ciertas cosas a su pareja, por ejemplo, que salga de casa más tapada o que elimine de sus redes sociales a la gente que el novio no conoce. Esto también puede suceder de manera viceversa, cuando la mujer reacciona mal ante las “amiguitas” de su enamorado.
¿Acaso la base de una relación no debe ser la confianza mutua entre el hombre y la mujer? ¿Por qué ilusionar a alguien con palabras cursis que enamoran, si al final vas a dejar que una persona se interponga en el camino? Tal vez nadie tenga las agallas de decir “amor, te estoy engañando”. Sin embargo, cuando uno de los novios corta la relación para estar con otra persona es cuando le genera más impotencia a su ex.
Un lamentable suceso de feminicidio extremo fue el de Ulises Núñez, un muchacho que asesinó y calcinó a su pareja, Natalia Silveira, por un supuesto caso de engaño. El punto hasta donde pueden llegar los celos es muy grave, ya que no solo en este hecho los celos fueron protagonistas; recordemos que, con frecuencia, aparecen casos de hombres que quitan la vida a sus parejas, supuestamente, porque los traicionaban.
Lo más absurdo es que, muchas veces, las relaciones sentimentales parecieran ser como cárceles, ya que existen hombres y mujeres ñembo “psicópatas” que celan por cualquier cosa como un “me gusta” en Facebook, una solicitud de amistad o una vieja foto con un amigo. Entonces, si vas a sentir celos o vas a estar inseguro de tu pareja, cortá la relación de una vez o charlen, a fin de disipar las dudas.
Dejemos de hacernos los “ñembo hepy” y comprendamos que desde un principio sentir celos puede dañar una relación, pues el amor debe ser libre y claro para que el vínculo amoroso pueda avanzar. Ah, pero si querés matar tu noviazgo, seguí nomás con tu desconfianza.
Por Ezequiel Alegre (17 años)