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¿Quién no desea festejar con todos sus compañeros la culminación del colegio con una gran fiesta? Las ganas de dejar de lado el uniforme del cole se hacen presentes para dar inicio al estudio de una carrera universitaria llena de esperanzas y sueños. Así, todo se traduce en una noche en que la diversión entre los compas se hace presente de la mano del alcohol y buena música.
Las fiestas de "despedida", aparte de brindar alegría a los chicos, traen consigo graves consecuencias; el consumo excesivo de alcohol es el más común. A todos, en especial a la juventud, les gusta celebrar cada evento con un par de bebidas, pero, a veces, su ingestión al extremo puede llegar a intoxicar y crear problemas en el entorno.
Esa noche será, tal vez, la última que todos los compañeros estén unidos festejando. Llegó el momento en que cada uno tome su rumbo y se prepare a ser el gran agente del cambio en la sociedad. Un poquito de baile con los amigos que te acompañaron por varios años no te hará ningún daño, pero, de todos modos, debés tener cuidado con lo que consumís.
Los accidentes que se producen por causa del descontrol de los jóvenes van en aumento. Las bebidas combinadas con alta velocidad se hacen presentes cuando ocurre algún choque y, por ende, heridos o muertos. No dejes que la noche que estabas esperando por mucho tiempo se estropee por culpa de la inconsciencia de tus compañeros.
El excesivo consumo del alcohol y la alta velocidad al conducir no te hacen ser el más cool entre tus compas. Los jóvenes generalmente relacionamos eso con diversión y un poco de adrenalina en nuestras vidas. Aunque hay varios casos de chicos que murieron por esa mala combinación, muchos hacen caso omiso hasta sufrir las terribles consecuencias.
Nadie te prohíbe festejar tu última etapa del colegio, solamente se pide que seas prudente en tus acciones para que así no te ocurra nada malo. La presencia de padres responsables es primordial para evitar cualquier accidente o desgracia entre los jóvenes. Está muy bien que los chicos brinden por un bien común, pero, así también, que tengan conciencia de que tienen un gran futuro y que no lo pierdan en una descontrolada noche.
Por José Peralta (18 años)