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“La disciplina, tarde o temprano, vencerá a la inteligencia”, decía el conferencista japonés Jokoy Kenyi. El mismo expresó que los logros de aquellas gigantescas y millonarias empresas japonesas no los hicieron gracias a una capacidad intelectual elevada sino por el intenso esfuerzo y la rigurosa disciplina que para las mismas siempre fue la clave del éxito.
Tal vez, a algunos de los paraguayos les hace falta esta estrategia, ya que todos tenemos conocidos que dicen: “A las seis en punto estaré ahí, en un momentito, enseguida llego, estoy cerca y dame cinco minutos”, que en nuestro país significa: “Todavía no salí, me faltan ocho cuadras, recién estoy duchándome” y otras excusas que se han vuelto muy conocidas.
Podemos ver muchas falencias o puntos que no favorecen en nada al crecimiento del país, como por ejemplo: el mal estado en que se encuentra la educación, que hasta el propio exministro Riera admitió que se está creando a una generación de incapaces. También, la falta de seguimiento en la formación de los chicos de parte de los familiares y la escasez de recursos impiden que el joven siga sus estudios universitarios y otras cosas más.
No se puede dejar pasar ciertos detalles importantes y muy olvidados. La responsabilidad, la puntualidad, la justificación previa de ausencias y el debido comportamiento en el lugar correspondiente son cosas que se inculcan en la casa y se pulen en las escuelas. Estos valores acompañan a las personas toda la vida y, así como pueden abrir puertas, cierran muchas más.
El trabajo descuidado muy pronto se pierde, así que, si te gusta algo, ponerle dedicación y compromiso serían buenos complementos para la disciplina. Los medios económicos no son suficientes para llegar al éxito, ya que ¿quién quiere un profesional con montones de títulos si llega tarde a las reuniones, se atrasa en sus tareas y no justifica con mejorías sus falencias?
Tené en cuenta estas cosas cuando se presente una pequeña oportunidad y vas a ver que las cosas pueden ser diferentes y buenas, ya que hoy en día, con tantas distracciones y entretenimiento, la gente deja pasar grandes ocasiones y pierde su tiempo con aparatos como la computadora o el celular. Muchos no se dan cuenta que existen límites que uno debe ponerse para enfocarse en lo que verdaderamente quiere lograr.
El talento, la capacidad y los medios, aunque son escasos, existen. Sin embargo, se sigue subestimando al “paraguayito” hasta usando diminutivos para achicarlo. No olvidemos que podemos romper la barrera de la ignorancia, lograr grandes cosas y ayudar en el crecimiento del país; en históricos hechos demostramos esfuerzo y valentía, ¿por qué ahora va a ser diferente?
Andrea Parra (18 años)