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El campamento científico y tecnológico se desarrollará en la Universidad Técnica Checa del 5 al 11 de agosto y se abarcarán temas como biorrobótica, manipulación genética, ciberespacio y modificación del cuerpo. Asimismo, los 60 seleccionados de diferentes países visitarán el Instituto Checo de Informática, Robótica y Cibernética, además de realizar actividades sociales y culturales.
"Me enteré del programa en 2015, a través de una amiga, mientras me preparaba para participar de la Olimpiada Latinoamericana de Astronomía y Astronáutica. A mediados de abril de este año, me creé una cuenta y fui llenando mis datos de a poco para presentar mi postulación", menciona la joven.
Además de completar los datos, Violeta tuvo que enviar una carta motivacional en la que explicaba cómo se inició en el mundo científico. "Me di cuenta que me gustaba la asignatura cuando en la escuela iba al laboratorio. Siempre esperaba que se inicie la Feria de Ciencias del colegio, quería hacer proyectos súper geniales", agrega.
La joven recibió la carta de aceptación por parte del programa una semana después de remitir su postulación. Violeta comenta que sintió que su corazón “explotaba” cuando la leyó y lo primero que hizo fue contarle a su hermana, porque sus papás aún no sabían de su aplicación.
"Creo que no elegí un buen momento para contarles sobre el programa en República Checa porque ya era de noche y estaban acostados. Al principio, mamá no quería dejarme ir hasta Praga sola, pero, con el tiempo, fue asimilando la idea", manifiesta la joven.
“Cuando vuelva, con la experiencia de haber participado del campamento científico y tecnológico, instaría a personas del colegio y otros chicos a postularse”, relata Violeta. Igualmente, señala que las posibilidades de ser aceptado por la organización se incrementan cuando uno tiene pasión por la ciencia y demuestra interés.
Violeta menciona que existen algunas entidades que pueden ayudar a desarrollar el amor por las ciencias y tecnologías de los chicos como el espacio denominado “Benjamin Franklin Science Corner” de la Embajada Americana, en donde cada año realizan “Clubes de Ciencia”, un lugar para que los interesados puedan desenvolverse en dichas áreas.
Al terminar el colegio, Violeta planea estudiar ingeniería electromecánica o mecatrónica fuera del país, en Estados Unidos o Taiwán, a través de becas. “Me gustaría muchísimo ir al exterior, es mi sueño desde séptimo grado”, concluye.
Por Fiona Aquino (18 años)