¡Hey!, borrá tu mueca de amargado y sonreíle a la vida como Bob Esponja

Te quejás porque el cielo está gris, no tenés un guaraní y te espera mucho trabajo. Comparás tu vida con la de Calamardo y te das cuenta de que son igual de amargados. Sin embargo, siempre hay un Bob Esponja que te tira flores y te contagia con su risa.

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Llegás al trabajo y te empezás a deprimir mientras pensás en todas las obligaciones que tenés. De repente, llega alguien que trae un arcoíris en sus espaldas. La sonrisa que tiene esta persona en su rostro es tan espontánea, como si te estuviera diciendo: "Fuera, mala onda, vivamos la vida con paz y amor".

Mientras otros se quejan del calor, la plata que no alcanza y el exceso de trabajo, los seres humanos con actitud positiva afirman que todo tiene solución y demuestran que el secreto no es preocuparse, sino ocuparse y buscar la salida para todas aquellas situaciones que nos estresan a diario. Cuando te juntás con alguien que enfrenta la vida con buena vibra, no te da el tiempo para pensar en tus problemas, porque esta persona te habla de otras cosas, haciendo que te olvides de todo lo malo.

Los jóvenes que tienen una actitud de lucha son independientes y cuando dicen: “Quiero eso”, luchan hasta alcanzarlo, sin que los tropezones que tengan en el camino los haga desistir de sus sueños. Son perseverantes y no permiten que otros decidan por ellos.

Para muchos, las personas positivas son más bien idealistas, pues al oírlas hablar con tanta actitud parece que viven en una burbuja que las aísla de los males de la humanidad. Pero no es así. Lo que sucede es que son conscientes de que con quejas no se puede solucionar algo, sino que la lucha debe empezar desde cada uno y la manera de ver la vida.

Adoptar una actitud positiva no quiere decir que estés con una sonrisa boba todo el tiempo, sino que te des cuenta de que, además de problemas, hay otras cosas por las cuales debés sentirte feliz. “Las personas exitosas desarrollan diariamente hábitos positivos que les ayudan a crecer y a aprender”, decía el conferencista John Maxwell.

Si se descompuso el colectivo, tu jefe te reta porque llegaste tarde, además te da muchísimo trabajo y también tenés que estudiar para un examen de la facu, no te desesperes ni pienses que “no es tu día”. Lo mejor que podés hacer es cambiar la cara malhumorada, armarte de valor y enfrentar los desafíos con buena actitud.

Por Viviana Cáceres (18 años)

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