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Uno de los asuntos más controversiales referidos al trabajo constituye si se debe pagar a un trabajador por su oficio o por sus títulos. En otras palabras, si el sueldo debe ser acorde a lo que se hace o a lo que se podría realizar, ya que, supuestamente, la presunción de una posible capacidad laboral está respaldada por un título universitario.
Muchas personas, actualmente, continúan debatiendo sobre una polémica discusión bastante controversial y, a su vez, relativa: ¿se debe pagar por lo que uno realiza o por el supuesto potencial laboral que uno posee, el cual está respaldado por un título académico? Lo real es que existen opiniones divididas sobre este tema.
Las personas piensan que poseer un título es importante para el mundo contemporáneo, ya que terminar una carrera tiene varias ventajas. Uno de los beneficios de tener una profesión respaldada por un documento constituye que hay garantía de un conocimiento, por lo menos, básico. Asimismo, otra de las virtudes de ser egresado de una institución académica sería tener más posibilidades de trabajo.
Por otra parte, se encuentran los que piensan que a una persona se le debe retribuir en su sueldo según lo que genera, pues creen que la capacidad es lo que vale y no un simple cartón. Otro postulado de este sector constituye que un título académico no refleja lo que uno puede hacer, ya que hay profesionales que, a pesar de poseer un documento, no saben realizar muchas actividades; en nuestro país hay varios casos mediáticos muy conocidos.
Algunas veces un título universitario no garantiza que una persona sea capacitada o que puede realizar el trabajo. Pero no por un caso particular, o varios, debemos generalizar, pues es mejor instruirse y poseer un reconocimiento válido que, por lo menos, refleje una parte de nuestro intelecto. Así también sería bueno que a las personas que cumplen con lo que se les asigna, se les retribuya por lo que producen, a pesar de no poseer un cartón que lo garantice.
Por Joaquín Tandé (18 años)