¿Hay profesiones más importantes unas que otras o solo son diferentes?

Sin ingenieros, no contaríamos con edificaciones de buena calidad y sin abogados, defender nuestros derechos ante la ley sería más complicado. Entonces, ¿se puede prescindir de ciertas profesiones y decir que algunas son menos importantes que otras?

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Un traumatólogo se sentó suspirando en el taburete de un bar; después de un día sin descanso, logró encontrar unos escasos minutos para respirar un aire diferente, lejos de la anestesia y los huesos rotos. Queda totalmente comprobado que la medicina no es para cualquiera, pues quien se dedica a esta carrera debe tener un estómago de hierro para aguantar ciertas situaciones, pero ¿por esto es la mejor profesión?

De manera casi innata, jerarquizamos la dificultad de las cosas: las clases de literatura resultan más fáciles que las matemáticas y las horas de historia son menos pesadas que las de física. Este mismo juicio aplicamos a los trabajos de las personas: el policía cumple un rol importante, pero no se compara con un administrador por las complejidades laborales y, así también, un abogado es primordial en cuestiones judiciales, pero nunca llegará a los talones de un ingeniero químico, que estudia sin descanso para merecer esa anhelada bata blanca.

¿Hay profesiones más importantes que otras? ¿Algunos trabajos merecen más orgullo que otros? ¿Se puede desmeritar a una persona por la carrera que sigue? Si fuese de esta manera, no habría necesidad de dividirnos en tantos campos laborales, solo existirían profesionales específicos y las áreas restantes no tendrían razón de ser, pues no las necesitaríamos del todo.

Pensemos en otras cuestiones, ¿puede el cuerpo humano andar sin dos brazos? De hecho, sí, pero tendría ciertas dificultades; ahora, ¿el organismo seguiría sin ambos pulmones, sin riñones o sin corazón? Al sacar un órgano, no podemos reemplazar sus funciones con cualquier otro o, simplemente, pretender vivir sin él, esperando no sufrir consecuencias negativas. Exactamente igual pasa con las profesiones.

Si bien un médico cumple un rol destacado en nuestra sociedad, por estar ligado directamente a la salud, un doctor jamás podrá realizar el mismo trabajo que un ingeniero en informática y viceversa. Sin un arquitecto es imposible vislumbrar cómo y de qué manera se realizarán las construcciones, pero no por ello tiene más protagonismo que un periodista, quien se encarga de mantener constantemente informada a la población acerca de temas que interesan a la opinión pública.

Asimismo, si preguntan a un joven “¿a qué te querés dedicar?” y este responde que “desearía ser profesor”, automáticamente, surgen comentarios que desvalorizan esta profesión, subestimando así la importancia de la carrera. No obstante, en países como Filipinas y Corea del Sur, la docencia es una de las profesiones mejor pagadas y más admiradas.

Lo fundamental no es categorizar a las personas por sus labores, sino recalcar el protagonismo de cada carrera en nuestra sociedad, ya que todas las profesiones resultan igual de indispensables en cualquier país. La carrera que sigas te ayudará a ampliar tus capacidades, pero esto no significa que las demás profesiones sean menos importantes porque, al final, dependemos de todas y es imposible dimensionar un país sin docentes, médicos, ingenieros, abogados o, incluso, políticos.

Por Macarena Duarte (17 años)

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