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Así como en la película “Jumanji”, un juego de mesa puede hacerte vivir experiencias increíbles con tus familiares y amigos, mientras perdés, ganás, gritás de emoción y festejás. Sumergirte en el juego hace que te olvides de los problemas por un rato y te entregues de lleno a la adrenalina de la partida.
El banquero forma parte de la vida de algunas familias, las cuales encierran en una caja todo el estrés del día y se divierten comprando y vendiendo las propiedades que poseen en el juego. En otros hogares, los habitantes prefieren las damas, pues la magia de este tablero consiste en atrapar completamente la atención de los participantes y ejercitar sus mentes.
En el famoso UNO, las aireadas discusiones entre los participantes son momentáneas, pues la situación puede revertirse en cualquier momento con la carta correcta. “El juego que rompe amistades” es otra forma de denominar a esas barajas; a veces, la única carta que te puede salvar es el +4 y tenés que tirarla aunque tu mejor amigo sea quien la reciba. Existe una versión paraguayizada que se llama “Peteĩ” y las reglas son idénticas.
Antes de que existiera el UNO, los fines de semana eran destinados a jugar escoba del quince en la casa de algún familiar. Mientras los adultos agrupaban sus cartas para que sumaran 15 puntos, los más pequeños, queriendo imitar a sus mayores, se enfrascaban en partidas de casita robada.
Si no te tiraron las pesadas piezas de madera del clásico tembleque, quiere decir que no jugaste con verdadera pasión. Esta entretenida e inestable torre ha ocasionado mini infartos, pero también mucha diversión y adrenalina. Que no te sorprenda que dejes de ser el centro de atención en tu fiesta cuando el jenga o tembleque esté presente.
¿Quién será el asesino? Si querés disfrutar de una tarde de investigación y sentirte Sherlock Holmes, este juego es perfecto para vos. Nueve habitaciones, varias posibles armas y seis sospechosos te llevarán a una apasionante búsqueda del culpable de la muerte de don Esteban Trueba, el dueño de la mansión.
Para los más intelectuales, está el ajedrez, considerado un deporte mental; dicha disciplina tiene sus orígenes en la Edad Media, el tablero era utilizado para armar las tácticas de guerra de la época. Así que, si te gustan los peones, caballos, la reina y el rey, este juego te transportará a tiempos remotos en una batalla mental con tu adversario.
El dado, las cartas y un tablero son tus mejores aliados a la hora de pasar un buen rato con tus amigos. La próxima vez que te quedes sin Internet, sacá tus cartas de UNO y, como diría Jigsaw, ¡que comience el juego!
Por Belén Cuevas (16 años)