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Hoy día, alrededor del 80% de las personas que acuden a las terapias psicológicas de pareja declaran que tienen un escaso intercambio de palabras, ya sea porque se ha perdido la “química” o porque las peleas se han vuelto constantes. La falta de comunicación, actualmente, es uno de los principales causantes de problemas en nuestras relaciones familiares, amorosas y amistosas.
Se sabe que en el núcleo familiar se aprende, como también se enseña a través de los valores. Pero, los principales murales de impedimento para una comunicación eficaz entre padres e hijos son los numerosos malentendidos. Papá suele enojarse porque no soltás el celular un solo segundo y mamá porque te ordenó alguna que otra responsabilidad al salir de tu facu o laburo, pero jamás te tomaste la molestia de cumplir su petición.
La falta de tiempo, la poca paciencia o la indisciplina suelen ser los principales factores para que la incomunicación reine en nuestras relaciones diarias. Al ser adolescentes, ya solemos coincidir poco con los padres, y cualquier malentendido por redes sociales es capaz de cortar comunicaciones por semanas con el novio o la novia. Claro, las reuniones con los amigos tampoco son como antes, a causa de las ajetreadas horas laborales y, por supuesto, el estrés.
“Che, ayer nos fuimos a farrear, pero faltaste vos” o “¿por qué no me avisaste que te ibas al sintético con tus amigos?” suelen ser declaraciones típicas de los amigos o la chuli.
El psicólogo español Borja Quicios aconseja que, para una comunicación dinámica y saludable en nuestras diversas relaciones, es necesario no juzgar, ni criticar y mucho menos sancionar conductas de manera constante. Saber escuchar también es fundamental según el profesional, ya que, dejar que el otro hable y diga lo que piensa, sin interrumpir, conlleva a que las conversaciones se den de forma eficiente.
Borja tampoco deja pasar por alto la importancia de las respuestas claras. Conversar de manera entendible y concisa, basándose en la naturalidad y la ausencia de prejuicios, nos conducirán a una comunicación exitosa con los familiares, los amigos o la novia.
Así que, dejá a un lado el estrés de estar las 24 horas al tanto de las actividades de tu chuli en redes sociales o las diferencias con tu hermano o hermana, y esforzate un chiqui en practicar la interrelación saludable con tus seres queridos. No dejes que la falta de comunicación carcoma todas tus dudas y preocupaciones diarias.
Por Ricardo Núñez (19 años)