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Siempre pensamos que todos los “millocas” están en universidades privadas, pues sabemos que, en su mayoría, pagan cuotas muy elevadas, además de tener múltiples gastos, como derechos a exámenes, libros y fotocopias. Hoy día, se puede decir que para estar en alguna facultad de la UNA, también debés tener la billetera bien cargada, pues es de público conocimiento que implica millonarios gastos.
Una de las últimas noticias, a nivel local, nos habla sobre un nuevo sistema de admisión en la Facultad de Medicina de la UNA, que se implementará para el próximo año. Los alumnos manejan montos extraoficiales, como pagar G. 3.800.000 solo para tener acceso al cursillo preparatorio de ingreso, el cual sería obligatorio; además hay que abonar G. 400.000 por la matrícula, G. 300.000 por los exámenes parciales y el mismo monto para las pruebas finales.
El decano de la dicha facultad, Dr. Laurentino Barrios, aseguró que aún no hay un costo definitivo y que, por el momento, todo lo que se habla es pura especulación. Sin embargo, este tema ya generó mucha preocupación y disconformidad por parte de los postulantes y también de los padres, pues prácticamente es casi imposible que una familia de clase media o baja pueda pagar todas estas sumas.
Por otro lado, Barrios mencionó que los alumnos pueden solicitar becas, en caso de no poder pagar el cursillo. Sin embargo, son más de 1.000 postulantes los que se presentan cada año en la Facultad de Medicina. ¿Para cuántos de estos estudiantes habrá becas? Se supone que solo para una minoría, entonces, ¿qué pasa con los demás? No podrán evitar el pago de los millonarios gastos.
Así también, con el nuevo sistema de admisión, los postulantes deben asistir de manera obligatoria al curso preparatorio de ingreso de la Facultad de Medicina de la UNA. No obstante, muchos de los estudiantes afirman que el cursillo ofrecido por la misma es insuficiente, por lo que deben recurrir a clases particulares, lo que genera otro gasto extra.
Situaciones similares se presentan siempre en las múltiples facultades de la UNA. Los alumnos deben abonar por el Curso Preparatorio de Ingreso (CPI) o por algún cursillo privado, comprar libros, materiales de apoyo y pagar por los exámenes. En el caso de que ingresen, necesitan costear la matrícula y un sinfín de fotocopias, sin contar los gastos del pasaje, recreo, etc. Entonces, ¿se puede decir que solo las universidades privadas son para los “millocas”? Queda claro que si querés capacitarte en la UNA para tu futura profesión, también debés tener los bolsillos bien llenos. La creencia de que es gratuita porque depende del Estado es solo un chiste de mal gusto.
Por: Valeria Candia (19 años)