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“El año pasado nos juntamos con dos amigos, Carlos Viera y Jessica Guillén, e hicimos una lluvia de ideas; sabíamos que la intención era muy buena, pero no contábamos con las herramientas necesarias. Sin embargo, continuamos con el proyecto y, gracias al apoyo de la Municipalidad de Asunción, abrimos las puertas del cursillo gratuito 'Sustancia' en el Centro Municipal de Promoción Empresarial”, relata el joven, más conocido como Deyvid.
Por otra parte, el estudiante comenta: “Yo sigo dos carreras: Administración y Psicología, ambas en la Universidad Nacional; por eso, conozco lo difícil que puede llegar a ser ingresar, cuando el costo de los cursillos, libros y demás necesidades escapan de las posibilidades económicas del interesado. No obstante, a pesar de las condiciones, nunca hay que dejar de perseguir los sueños, pues siempre hay una salida”, señala Velázquez.
Deyvid agrega que, nuevamente, él y varios profesores se han puesto el desafío de llevar a cabo el cursillo preparatorio de ingreso “Sustancia 2.0”, ya que de 50 alumnos que asistieron a las clases en la primera edición, 31 chicos conquistaron la meta fijada. Entonces, Velázquez expresa que “aún siendo una responsabilidad enorme, un servicio a voluntad y un trabajo sin ninguna remuneración, lo que más motiva a la organización es la satisfacción de saber que no solo se está ayudando a un chico o chica que sueña con ingresar a la facu, sino a toda una familia que no cuenta con dinero suficiente”.
Historia, filosofía, castellano, matemática y psicología son las materias que desarrollan en el cursillo gratuito que, por cierto, se inició ayer 11 de diciembre. Además, Deyvid expresa que “la buena onda y el espíritu amigable con que todos van a enseñar y a aprender son geniales. Por ejemplo, el año pasado, lamentablemente, una de las alumnas de 'Sustancia' perdió la vida en un accidente y, ahí, todos nos dimos cuenta de que, de alguna manera, pasamos de un simple cursillo a una increíble familia en la que se unieron lazos muy fuertes”.
Asimismo, el joven estudiante menciona que recordar su tiempo de cursillista es algo que lo motiva bastante a ayudar a otros jóvenes, pues, en esos momentos de intensa preparación, él y su familia estaban pasando por situaciones muy complicadas, a causa de las inundaciones. Por lo tanto, Deyvid se siente muy identificado con los chicos que, ahora, buscan métodos para seguir una carrera y no dejar que la frase “yo soy pobre luego” sea la barrera que se interponga en el camino.
Finalmente, Deyvid manifiesta que todo lo que hace se lo debe a su familia y que, aún, tiene un montón de objetivos como, por ejemplo, estudiar Didáctica Universitaria para continuar ayudando en la educación y formación de la gente. También, el joven dice a todos los chicos que “siempre deben brillar como estrellas y apoyar a los demás para que saquen sus luces; nunca tengan miedo y borren de sus cabezas el pensamiento mediocre y conformista que señala que si sos pobre no vas a poder alcanzar tu meta”.
Por Andrea Parra (18 años)