Es momento de decir chau al nido familiar y emprender vuelo a la independencia

Cuando llegás a la juventud, tu única idea es dejar la casa para gozar de la libertad; por eso decidís salir del nido de mamá y hacer tu vida independiente. A pesar de que las primeras semanas se vuelven un caos, con el tiempo vas creciendo y mejorando.

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Los reclamos de mamá del porqué llegaste tarde anoche o el permiso que papá te negó para ir de farra suelen hacerte pensar y decir: ¡Qué aburrida esta vida, ojalá pronto me vaya de la casa y ya no tenga que aguantar tantas restricciones! Muchos jóvenes deciden emprender el vuelo a la vida independiente por varios motivos.

Algunos prefieren decir adiós al cálido hogar por razones de trabajo y estudios, buscando así un lugar para alquilar que quede cerca de la facu o la oficina. Otros, por su parte, optan por abandonar sus hogares porque están cansados de vivir bajo reglas o se dan cuenta de que es el momento de empezar una vida independiente.

El primer día que cumplís viviendo solo ya te das cuenta de que nada será fácil; pues en la noche, cuando llegás de la facu, ya no encontrás la cena servida ni tampoco las ropas limpias y planchadas que necesitás a diario. Llegar cansado, tener hambre y no recibir el cariño de mamá son cosas que te hacen pensar lo bien que vivías bajo su techo, pero tarde o temprano volar del nido de la mujer que te dio todo llegaría.

Cuando uno emprende el viaje a la independencia tiene que saber que las primeras semanas serán muy difíciles, pero que con el paso del tiempo te vas acostumbrando a los cambios. Al final, vivir solo no parece mala idea y también es una buena oportunidad de darte cuenta de que creciste.

Una de las desventajas de vivir solo es que ya no le podés pedir a papá que te dé dinero y te ves obligado a pagar los gastos que van surgiendo; en ese momento, te percatás de la responsabilidad tan grande que asumiste, pues toda la plata sale de tu bolsillo.

“De tener todo servido a conseguir lo que uno necesita por cuenta propia”. Este lema encaja perfectamente en tu situación, ya que todo lo que deseás tenés que ganarte con sacrificio. La idea de vivir solo emociona a cualquiera, pero no todo es color de rosa al momento de pagar el alquiler, la luz y el agua.

Si tenés pensado iniciar tu vida como una persona independiente, analizá dos veces antes de tomar la decisión porque necesitarás mucha valentía y, por sobre todo, fuerzas para marcharte de la casa. Si ya tomaste esa determinación, no te desesperes y llevalo con calma, pues al final ir al súper a realizar las compras, dormir hasta que quieras un domingo, hacer el aseo, planchar y cocinar no suenan tan mal.

Decidir ser independientes: más que un respiro a la libertad es un reto que puede cambiar tu estilo de vida.

Por Mónica Rodríguez (19 años)

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