El embarazo precoz es actualmente una problemática grave en la sociedad. Lo que antes era el sueño de toda mujer, ahora es la peor pesadilla para las jovencitas; la falta de información y la irresponsabilidad son factores que aumentan estos casos. Según los datos del Fondo de Población para las Naciones Unidas, Paraguay es el segundo país de la región con mayor índice de embarazos adolescentes no intencionales.
Si te contactás con tus excompañeras del colegio es probable que una o dos ya estén esperando un bebé o, mejor dicho, ya se encuentren con un hijo en brazos. En muchos casos, los padres no acceden a apoyar a la joven embarazada y, aunque parezca exagerado, algunos deciden echarla de la casa.
Cuando surge la frase “qué pasaría si quedás embarazada”, las chicas piensan en los peores escenarios como castigos, abandono escolar, falta de contacto con los amigos. Prácticamente, sus vidas terminarían. Décadas atrás, el embarazo estaba relacionado con alegrías y bendiciones; hoy, es la peor pesadilla que una jovencita puede vivir.
Según el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, dos niñas menores de 15 años dan a luz diariamente en nuestro país. Un embarazo precoz puede tener consecuencias como aborto espontáneo, parto prematuro, malformaciones en el niño por nacer y otros efectos negativos.
Si bien los problemas de salud, al estar embarazada a temprana edad, son muy riesgosos, la vida de los futuros padres también se ve afectada, ya que muchos abandonan sus colegios para poder cuidar de sus hijos o empiezan a trabajar muy pronto.
La falta de una buena educación sexual y comunicación en el hogar han provocado que muchos jóvenes inicien una vida sexual desorientada y sin la información necesaria para tomar decisiones acertadas. Los abusos sexuales también tienen como resultado una gran cantidad de embarazos en las menores de edad.
En el último año hubo 18.000 nacimientos por parte de madres adolescentes; el diálogo y la educación sexual integral pueden hacer que estos números disminuyan. Es importante que los jóvenes se sientan seguros y tengan a su alcance la información necesaria para prevenir ser madres a tan corta edad. Traer un niño al mundo es una responsabilidad muy grande que requiere de muchos cambios y, por sobre todo, madurez.
Por Divina Alarcón (18 años)