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El nombre del ñandutí proviene de la palabra en guaraní “ñandu”, que significa araña; es un encaje hecho a mano, en el que se requiere mucha paciencia para ir formando el diseño con aguja, hilos y un bastidor. La creatividad y la originalidad son las principales características de la tela de araña.
La leyenda típica paraguaya del ñandutí nos dice que, en tiempos pasados, una hermosa señorita llamada Samimbi tenía a dos hombres a sus pies. Uno de ellos vio en lo más alto de un árbol un hermoso tejido de araña y, por coincidencia, el otro también lo había divisado; luego, uno de ellos mató al otro para apoderarse del hermoso tejido y regalarlo a su amada.
La palabra ñandutí hace alusión a la paciencia de un arácnido fabricando su tela y, en base a eso, logramos apreciar la mano de obra del precioso encaje. Los diseños de los bordados tienen sus propios nombres, entre ellos se encuentran: Rosetas de maíz, Panambí, la flor nacional Mburukuja, entre otros variados y coloridos modelos.
Si bien la tela de araña está basada en el encaje español, también cuenta con la imaginación de los artesanos paraguayos, en el momento de crear y combinar los colores de los ñandutíes. Nuestro país cuenta con el Museo Comunitario del Ñandutí, en donde podemos conocer más acerca de las artesanías nacionales.
Gracias a la esencia rústica que poseen los encajes, se pueden realizar prendas como el ao po'i y la pollera de danza paraguaya, así también manteles, cortinas y banderas patrias. De esta manera, vemos que con un auténtico bordado, los artesanos se encargan de encantarnos con sus genuinas técnicas.
Sin dudas, hay personas a quienes les atrae la belleza del ñandutí. Itauguá ofrece atractivos sitios a donde la gente puede ir a realizar compras de artesanía y, a la vez, admirar la ciudad colorida de la tela de araña.
Por Ezequiel Alegre (16 años)