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Habrás escuchado un poco de la historia de Frankenstein, tal vez la misma te produjo pesadillas alguna vez. Te sorprenderá saber que el temido monstruo de la pantalla grande es muy distinto al que aparece en el libro “Frankenstein o el moderno Prometeo”; físicamente, tiene varias similitudes.
El personaje se presenta como un hombre alto y feo, hecho de partes de cadáveres, pero la autora, Mary W. Shelley, construyó al monstruo con otras características humanas, como la capacidad de pensar, reflexionar y desear ser amado. Muchos piensan que “Frankenstein” es el nombre de la criatura cuando, en realidad, forma parte del apellido de quien le dio vida; la tradición oral bautizó al monstruo de esta forma, ya que él no tiene una denominación específica en el libro.
Todos recuerdan al monstruo creado por el Dr. Víctor Frankenstein como alguien sanguinario y de reducida capacidad mental. Sin embargo, el personaje demuestra ser sensible y tener un corazón lleno de buenas intenciones; al principio, él no lograba entender por qué los humanos contenían tanta maldad en sus corazones.
El desdichado monstruo únicamente quería compañía y comprensión, pero consiguió rechazo debido a su aspecto. Cansado y decepcionado, la bestia busca a su creador y le pide dar vida a una mujer igual a él. Shelley otorgó estos deseos al personaje para reflexionar sobre temas filosóficos como el sentido de la existencia, el bien y el mal, entre otros.
La película “Víctor Frankenstein”, estrenada en 2015, logra diferenciar al monstruo de su creador; este film no se apega tanto a la obra de Mary Shelley, pero se adentra más en la vida del científico. James McAvoy, quien interpreta a Víctor en el film, proyecta una desesperación idéntica a la que desarrolla el personaje principal del libro mientras formaba a la criatura.
En una oportunidad, el monstruo de Frankenstein menciona que nadie lo aceptaría ni apreciaría sus buenas intenciones por su mala apariencia que asustaba a todos; hasta hoy día, pronunciar “Frankenstein” es sinónimo de temor y sustos. Es por eso que las películas se han encargado de hacer ciertas las afirmaciones que aparecen en el libro.
La obra de Shelley es interesante y triste, ya que se desarrollan varios aspectos del ser humano, todo esto a través de un monstruo solitario. Según sus propias palabras, la criatura sin nombre no pidió existir, pero se aferra a la vida aunque duela; muchas personas se identificarían con las expresiones de este personaje. Entonces, ¿tenemos el concepto correcto acerca de su leyenda?
Por Belén Cuevas (16 años)