El grafiti: algunos lo consideran arte, otros afirman que es simple vandalismo

Mientras algunos afirman que el grafiti es un delito, otros lo ven como un arte incomprendido por la sociedad. Cuando uno recorre por el centro de Asunción, se encuentra con esta forma de expresión en los muros de los edificios y en algunas fachadas.

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Escribir y dibujar en los muros del espacio público son prácticas muy antiguas, pero es probable que los grafitis que hoy adornan las grandes ciudades del mundo estén estrechamente relacionados con los que florecieron en el Bronx de Nueva York en los años '70 como una vertiente expresiva de la subcultura del Hip Hop.

El grafiti debe cumplir con determinadas pautas y condiciones específicas que lo caracterizan como arte. El escritor Armando Silva Téllez lo define diciendo: “La inscripción urbana que llamamos grafiti corresponde a un mensaje o conjunto de mensajes, filtrados por la marginalidad, el anonimato y la espontaneidad del arte popular”. A su criterio, no cualquier garabato en la pared es arte.

Algunas autoridades se oponen a la idea de rayar las paredes e inclusive catologan este hecho como daño a la propiedad pública o privada. Algunas leyes tratan a los autores como delincuentes y aplican sanciones a fin de evitar que la arquitectura de la ciudad se convierta en un lienzo libre de control. Pero la mayoría de las personas no saben diferenciar lo que es en realidad un buen grafiti; hay quienes piensan que el típico “Laura te amo” es uno.

Se busca fomentar el arte y mostrar el punto de vista del grafitero frente a la sociedad; esta creatividad popular es una manifestación silenciosa sobre algunas posturas políticas o sociales. La pared es el único medio por el cual se transmite el mensaje a toda la ciudad para que la población reflexione sobre algún tema controversial.

En algún momento, más de uno se habrá perdido observando este arte callejero queriendo descifrar el mensaje oculto que tiene o simplemente admirar la delicadeza con que fue realizado. Sin embargo, existen muchas personas que repudian este tipo de hechos y los ven como vandalismo; en ese momento, hay que recordar que no todo garabato en la pared es siempre arte.

En nuestro país, se respeta el derecho a la libre expresión y lo ideal es que los grafiteros tengan algún espacio reservado exclusivamente para ellos, en donde puedan plasmar su talento sin que se les considere delincuentes. El hecho de agarrar un aerosol y empezar a dibujar no siempre es arte, ya que la esencia del grafiti va más allá de un simple escrito en la pared.

Por Romina Ferreira (18 años)

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