Desde la fría Rusia y con esfuerzo, un joven paraguayo “construye” su destino

Si estudiar ingeniería de por sí es difícil, ¿te imaginás hacerlo en la lejana Rusia con un idioma y cultura totalmente diferentes? Sergio Escobar (19) es el valiente que encara este desafío y comenta sus experiencias desde el congelado país soviético.

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Durante el gobierno de Carlos Antonio López, un gran número de jóvenes paraguayos viajó a Europa para estudiar y forjar el destino de una nación que comenzaba a crecer. A casi 160 años de aquella época dorada para la educación superior, muchos estudiantes paraguayos reavivan esa historia y, dejando atrás su patria, se forman intelectualmente.

Sergio, un joven oriundo de Paraguarí, formó parte del grupo de compatriotas que recibieron becas de la mano de la Federación Rusa en 2016. “Siempre me gustó buscar retos e ingresé a la Facultad de Ingeniería en la Universidad Nacional de Asunción. Me dije a mí mismo que todavía podía más y me dediqué a buscar becas disponibles para el exterior y se dio la oportunidad gracias a la Embajada de Rusia”, afirma el joven.

Sergio estudia ingeniería de construcción con énfasis en carreteras, puentes, túneles y edificios en la Universidad Estatal Técnica de automóviles y carreteras de Moscú. Él comenta que el deseo de seguir esta carrera se debió a la problemática de nuestro país en cuanto a infraestructura vial se refiere. “Como sabemos, nuestra nación tiene sus carreteras, edificios y viaductos, etc., en mal estado debido a la negligencia a la hora de la construcción y al mal uso de fondos. Es por eso que lo que voy aprendiendo aquí desearía llevarlo a Paraguay”, puntualiza.

Al viajar a otro país, conocer el idioma es el principal desafío. Sergio comenta que este fue su gran obstáculo en el momento de adaptarse en Rusia, ya que las clases en la universidad son impartidas exclusivamente en ruso. “Me costó muchísimo, ya que viajé a Moscú hablando solo castellano y guaraní. Por eso, aprender el idioma era de suma urgencia para sobrevivir, pero ahora puedo decir que ya le tomé el hilo a la lengua”, señala.

Sergio comenta acerca de las grandes diferencias entre nuestra cálida nación y la fría Rusia. “Acá no manejás el concepto de lo normal. En Paraguay, por ejemplo, es totalmente común hablar y sonreír con las personas con quienes esperás el transporte público; acá en Rusia no, el trato que te dan es bueno pero los rusos tienen un carácter bastante fuerte”, indica.

A pesar de vivir muy lejos de casa y extrañar la patria, Sergio encuentra su motivación para seguir adelante en los estudios gracias a la colectividad de jóvenes paraguayos con quienes comparte gratos momentos. “Escuchamos música paraguaya, comemos asado y es bueno sentirse como en casa de vez en cuando”, finaliza.

Por Víctor Martínez (18 años)

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