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Desde hace añares se dice que el planeta Tierra tendrá su fin y que todos los que habitamos este mundo moriremos irremediablemente. Muchas personas afirman que el eclipse solar que se dio este 21 de agosto fue una señal de que toda materia llegará a su final un mes después.
Sin dudas, el fin del mundo es un tema que genera mucha curiosidad; la noticia de que el universo se acaba dentro de unas semanas salió a luz y, rapidamente, se hizo eco en todas partes. La información se dio a conocer proveniente de un grupo de aficionados a la astronomía y a la numerología bíblica.
Algunas de las teorías dicen que gran parte de la humanidad se acabaría con la llegada de un maremoto, el cual ocasionaría un gigantesco tsunami. Así también, otros aseguran que la contaminación y el calentamiento global, que va derritiendo poco a poco los polos, son señales del fin de los tiempos.
En el año 1978, la masacre de “Jonestown” fue un hecho en donde casi 1.000 personas se suicidaron a causa de un Pastor estadounidense, quien provocó a sus seguidores a beber una sustancia llamada cianuro, ya que supuestamente, el apocalipsis se acercaba. El trágico hecho sucedió en el noreste de América del Sur y es llamado como “el mayor suicidio colectivo de la historia”.
Ya escuchamos muchas profecías y, por el momento, ninguna se ha cumplido; ¿te acordás cuando el 21 de diciembre del año 2012 el apocalipsis llegaría? Sin embargo, no fue así, los mayas nos mintieron y, después de la fecha, festejamos Navidad y Año Nuevo sin problemas. Además, en el año 2000 y 2015 también se dieron fechas con noticias similares y tampoco pasó nada.
Para sacarle el jugo a este curioso tema, se montaron varias películas que tratan sobre el apocalipsis como, por ejemplo, The Independence Day, 2012, Fin de los Tiempos, El día después de mañana y otras más. Mientras la NASA se ríe de las profecías incumplidas, otros lloran por pensar que el fin del mundo ya está viniendo para destrozarnos.
Si tomamos conciencia, podemos notar que los verdaderos destructores de la Tierra somos nosotros, ya que el egoísmo y la excesiva ambición por el dinero nos inducen a realizar acciones que dañan al planeta. Pues bien, si no querés que el mundo algún día deje de existir por nuestra culpa, usá tus neuronas para ver la realidad en la que vivimos y, de esa manera, poder cambiar y curar el único hogar en donde habitamos.
Por Ezequiel Alegre (16 años)