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Con líneas y un sombreado, que reflejan el juego de luces y las formas de una imagen, el dibujante Gabriel Machuca logra captar la esencia de cada persona a través del grafito. El joven cuenta que su predilección por el dibujo está muy marcada desde su infancia y, antes de ir a la escuela, ilustrar ya se había convertido en su pasión.
“No seguí ningún curso para aprender a dibujar; sin embargo, tuve una introducción al campo del dibujo con el retratista Milciades Larroza, que fue quien me mostró algunas técnicas. Además, veía muchos tutoriales por YouTube y, de a poco fui construyendo mi camino artístico”, comenta Gabriel.
Machu, como también lo llaman sus amigos, dice que no labura a tiempo completo, sino por pedido y cuando tiene tiempo libre porque, aparte, trabaja en un banco. “Ya no hago retratos en persona, los clientes me mandan alguna foto y, a partir de allí, empiezo a dibujar; cuando era adolescente me gustaba realizar mis trabajos cara a cara, más usando a mi abuela como musa, ya que ella siempre estaba sentada leyendo algo”, manifiesta el dibujante.
El objetivo de alcanzar un mejor nivel, perfeccionando su estilo realista, es lo que inspira a Gabriel a plasmar magia sobre los lienzos con su lápiz de papel. “Hay mucho detrás de los dibujos y esta es la parte emotiva de los trabajos que hago; las personas me cuentan historias de seres queridos que perdieron la vida y, buscando recordarlos de una manera distinta, me piden que retrate a sus familiares”, expresa Machu.
Asimismo, Gabriel indica que su meta como artista es ser reconocido nacional e internacionalmente. “No puedo decir que gano mucho dinero como dibujante, pero conozco a personas que se dedican lo suficiente y viven de su arte; sin embargo, lo ideal es tener algún ingreso extra para empezar en el mundo artístico”.
“Muchos prefieren dedicarse a la pintura, siendo esta la más admirada; los retratos a lápiz son menos elogiados y cada estilo tiene su respectivo tiempo y dificultad a la hora de la realización”, señala Machu, haciendo referencia a que toda expresión artística es relevante, sin importar su categoría.
El joven opina que, en nuestro país, el arte debe ser más apoyado. “Nosotros preferimos ver la grandeza de la gente en el exterior, olvidando el reconocimiento del talento nacional. Es posible fomentar el arte, su importancia y su interés a nivel país con eventos o exposiciones; ahora, aunque contamos con esto, sigue siendo insuficiente”, concluye Gabriel.
Por Macarena Duarte (17 años)