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Son cada vez más las personas, especialmente jóvenes, que van al gym para bajar de peso o simplemente para mantenerse en forma. Mucho entrenamiento, actividades que demandan varias horas en el gimnasio y una dieta que parece ser la más sana y adecuada son las características más comunes que se consideran “efectivas”.
También están los que se creen personal trainer y hacen sugerencias a los compañeros del gimnasio; sin embargo, si las orientaciones no vienen directamente del entrenador, es seguro que no son las más apropiadas. Es preferible pedir al profesional de turno que te dé las instrucciones adecuadas para que así puedas mantener o mejorar la calidad de la preparación física.
Suelen decir que si sos mujer y hacés ejercicios de fuerza, terminás luciendo como toda una fitness. En realidad, el entrenamiento que involucra fuerza fortalece y tonifica el cuerpo femenino, es decir, va moldeando.
Cuando el tiempo de la rutina se prolonga, mejor es el resultado dicen otros; pero lo importante no es la duración, sino la calidad del entrenamiento. Frecuentemente, se comenta que si te duelen los músculos después de entrenar tuviste éxito; lo cierto es que las molestias se deben a los pequeños traumas de tus fibras.
Por eso, es mejor recurrir a personas que estén capacitadas para dar recomendaciones de una dieta equilibrada. Una nutricionista puede guiarte en el régimen de alimentación que deberías llevar a cabo, para que al mismo tiempo puedas seguir con el entrenamiento.
Es falso que si hacés deporte, los hábitos alimenticios no importan y tenés que comer menos para adelgazar; sin embargo, podés conseguir buenos resultados y estar en forma si consumís cinco o seis veces por día, en pequeñas porciones.
No es recomendable que vayas al gym de lunes a lunes con rutinas de 3 horas; las pausas de entrenamiento deben ser de dos o tres días si te dedicás solo a mantener tu figura. Tampoco es necesario valorar el resultado pesándote cada tanto, porque la mejor manera de ver el progreso es con una cinta métrica rodeando tu cintura.
Estas son algunas de las sugerencias que comparte la revista Belleza y Bienestar de España como las más aptas y beneficiosas para el cuidado de nuestra silueta y, cómo no, de nuestro organismo. Destaca, además, que el peso no importa: una persona es gorda porque tiene grasa saturada y la que es más robusta se debe a que tiene músculos bien desarrollados, pero ambas pueden pesar 85 kg.
Tener grasa tampoco es malo, ya que cumple funciones importantes como la formación de hormonas, mantiene la temperatura corporal y ayuda a absorber las vitaminas que consumimos diariamente. Desde ahora, mejor enfocate en ganar músculos y tener niveles adecuados de grasa corporal y no te preocupes por perder peso.
Por Luis Jiménez (19 años)