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La selfie que se tomó en medio de un parto en el hospital distrital de San Ignacio, Misiones, se viralizó y despertó la furia de muchos ciudadanos. Cinco mujeres posaron para una fotografía en medio de un procedimiento médico bastante delicado; con este acto, las profesionales de blanco violaron totalmente el derecho a la intimidad que cada persona tiene, según dicta la Constitución Nacional, además de tirar a la basura la ética médica en el sentido del secreto profesional.
Es una pena que existan profesionales de blanco que caigan en bajezas de este tipo. Una de las obstetras salió al paso del escándalo manifestando que solo había alzado la fotografía como "estado" en WhatsApp y que en minutos la había borrado, pero, ¿cómo es que tiene el descaro y el atrevimiento de capturar una imagen en la situación en la que se encuentra la parturienta?
Se dijo, además, que la fotografía se dio como forma de "celebrar", debido a que el parto finalizó exitosamente a pesar de haber sido de alto riesgo, lo cual demostró la desvergüenza y la inmoralidad de estas licenciadas desubicadas. La paciente ni siquiera se había dado cuenta de que fue tomada en una selfie, por lo que se le pedirían las disculpas correspondientes, según mencionó el director de la Octava Región Sanitaria, Dr. Pedro Pérez.
Estas licenciadas no tienen ni una sola excusa válida para tapar la humillación hecha a la paciente, pues supongamos que ella diera su aprobación, ¿dónde quedan el secreto profesional y la responsabilidad ética? Este caso se puede comparar con el estupro, ya que por más de que un señor tenga el consentimiento de una menor de edad para mantener una relación sexual, del ángulo que fuese, el hecho es un delito.
Es realmente grave lo acontecido en el hospital de Misiones. El Ministerio de Salud ya anunció el sumario a las obstetras; sin embargo, esta clase de profesionales debe recibir sanciones más severas para que de ahora en más se tome en serio la vida de las personas y se midan las consecuencias que puede acarrear un hecho bochornoso como tomar una fotografía en medio de un parto.
Por Rocío Ríos (18 años)