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Damas de blanco que asustan en los campos, agresiones del Karai Pyharé y lamentos en casas abandonadas eran los temas centrales de los “casos”, relatos cuya veracidad aseguraban nuestros abuelos.
Antes de que la muñeca Annabel y el malvado Chucky sean los astros del terror, el folclore local asustaba a nuestros mayores con personajes como Luisón, Malavisión y Kurupí. Las creencias populares se apoderaban de la imaginación de las personas de antaño, quienes evocaban a los seres mitológicos para advertir a los pequeños inquietos.
Una extensa conversación sobre los casos con la abuela bastaba para poner los pelos de punta al más gallito. “Cuando era chica, jugaba con mis amiguitas en el arroyo. Cerca de ahí, había una casa abandonada en el patio baldío. Nadie quería comprar el terreno porque a la noche se escuchaban lamentos. Una vez, vi a una chica de blanco que se paseaba y parecía que flotaba", es una típica anécdota de la tata.
Seguramente, para demostrar dotes de Chuck Norris, el abuelo comentaba el caso de su enfrentamiento con el Karai Pyharé. “Un viernes de noche, retornaba con mis amigos de la pesca cuando escuchamos un agudo silbido que provenía de un matorral. 'Ejúna, Pombéro, che ndakyhyjéi' le grité y me salió. Era petiso y olía muy mal, mis compas salieron corriendo y yo me peleé con el monstruo. Muchísimo le garroteé y nunca más volvió a aparecerme", contaba el viejo.
Antes, no todos los hogares contaban con televisores, por ello, los domingos de noche, los amiguitos del barrio se reunían en una casa para ver una serie de terror con pico de rating. Así es, nos referimos a “Sombras en la noche”.
Esta popular producción local de los '90 fue declarada de interés nacional por la Presidencia de la República y de interés cultural por el Ministerio de Cultura. Los domingos eran los momentos de alta adrenalina en muchos hogares. Grandes y pequeños, sentados frente al televisor, vibraban con las historias de terror.
Retornar a casa era toda una odisea, ya que, en la soledad de tu pieza, la sugestión jugaba el papel de villana. El más mínimo golpe o ruido de origen desconocido bastaba para hacer que los miedosos repitan miles de padrenuestros.
Recientemente, la veterana actriz Clotilde Cabral anunció que está en proceso una nueva producción de “Sombras en la noche”, que reunirá a artistas de nuestro medio para reavivar las experiencias aterradoras de nuestros mayores.
Olvídense de Drácula, Freddy Krueger y compañía. Nuestro rico folclore tiene en sus filas a colosos del terror, cuyas supuestas apariciones hacían temblar de miedo a nuestros mayores y, por qué no, ahora a los milennials.
Por Víctor Martínez (19 años)