Con ofensas y puños, algunos conductores “solucionan” problemas en las calles

Varios valores humanos se encuentran por el piso al ver personas comportándose como animales en las calles. Muchos conductores de vehículos prefieren “solucionar” con ofensas y puñetazos los problemas y accidentes que ocurren en la vía pública.

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Cuando se trata de valores y buenos comportamientos en nuestras calles, hablamos de una escasez preocupante de estos modales en varias personas. Muchos pierden la cabeza actuando como animales salvajes, antes que obrar civilizadamente en determinados conflictos o malentendidos.

Desde un pequeño cruce de palabras que termina en “moquete” hasta un giro prohibido de un vehículo son capaces de liberar los malos hábitos o recursos que tienen ciertas personas. Silbidos, adelantamientos indebidos u ofensas son las más frecuentes.

Por ejemplo, en un choque entre una moto y un auto, el motoqueiro sale volando junto a su acompañante; los dos, por suerte, llevaban los cascos correspondientes. El conductor del vehículo llena a puñetazos al motociclista por el simple hecho de que rayó su coche. Si tan solo el automovilista desde el primer momento le ofrecía ayuda y una solución mediante el diálogo, tal vez, la historia hubiera sido diferente y más satisfactoria para todos.

Otro de los clásicos casos donde las personas muestran su lado poco humano es en los colectivos súper repletos de pasajeros. Uno es testigo y víctima a la vez de los malos olores, toqueteos, pisadas, sarcasmos y amenazas al chofer, que es el gran responsable de estos incómodos sucesos por el afán de no dejar de lado a las personas en las paradas.

Hablando de choferes de colectivos, no se pueden omitir los lances en donde comienzan las carreras entre los buses de líneas diferentes; en realidad, al proponerse estos tipos de desafíos lo único que están haciendo es poner en riesgo la vida de sus pasajeros y de la gente que se encuentra en la vía pública.

Un gran ejemplo de acto humano fue el pequeño gesto de cordialidad del chofer de la línea 21 que, al ver que un anciano intentaba cruzar de una vereda a otra y no tenía con quién, paró su colectivo y se bajó a ayudar al señor. Estas pequeñas acciones son el grano de arena que necesitan las personas para lograr una sociedad más respetuosa y civilizada.

La idea es fomentar valores fundamentales como el respeto, la compasión y sobre todo la capacidad de diálogo para la solución de los diversos tipos de problemas en las calles y eliminar los comportamientos inadecuados y malos hábitos que se asemejan al tipo de acciones que son más frecuentes en los animales salvajes.

Por Ricardo Núñez (19 años)

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