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Debido a que estudió artes visuales por varios años, tuvo la posibilidad de explorar diversas técnicas pictóricas; pero nada le otorgó tanta satisfacción como trabajar con productos de belleza: “Pinté con acrílico, óleo, acuarela, inclusive con huevos y café; pero para mí nada fue igual a maquillar”, menciona Paola.
Opina que a diferencia de los demás tipos de pintura, el maquillaje tiene un plus emocional, ya que el mismo se encuentra muy ligado a nuestra auto percepción. “No solo es una pintura, también constituye la capacidad de transformar la manera en la que uno se ve a sí mismo”, afirma.
Igualmente, Paola comenta que desde pequeña sintió una gran atracción por los productos de belleza, ya que el uso de los mismos era muy frecuente en su familia. “Los utilicé desde que muy chica, porque a mi mamá le gustaba pintarse y a mi abuela también”, manifiesta. Actualmente, la joven se dedica al maquillaje social, al igual el de editorial.
Adecua sus servicios de maquillaje social a la personalidad de cada cliente, ya que cada uno es distinto y posee sus propios gustos. Asimismo, indica que no existen restricciones cuando se trata de ir en busca de su arte: “Hay un miedo injustificado a la pintura; para el maquillaje no existen limitaciones de edad, profesión o género”, añade.
Considera que hay numerosos mitos sobre el maquillaje que deben ser desmentidos: “Nos enseñan que nos maquillamos porque somos feos y hay imperfecciones que queremos tapar. Sin embargo, los cosméticos también pueden ser un medio para expresar nuestra forma de ser”, explica.
También existe mucha desinformación con respecto al uso de ciertos productos, como es el caso de los pegamentos de pestañas postizas, que no pueden ser utilizados por más de ocho horas, ya que contienen químicos muy fuertes. Por el contrario, es común que las personas utilicen el mismo par de pestañas artificiales por semanas.
Desde su perspectiva, existen falencias en la industria de la belleza, ya que, con frecuencia, las tapas de revistas generan falsas expectativas: “Los responsables de hacer estas fotografías no están comunicando todo lo que hacemos para llegar a esa imagen de mujer perfecta y el público simplemente la compra”, opina.
A pesar de los altos costos de los cursos de maquillaje, explica que es posible aprender a maquillar por nuestros propios medios. Aconseja, a quien esté interesado en este tipo de arte, que compre productos y no tema experimentar con ellos: “En el maquillaje las posibilidades son ilimitadas”, concluye Paola.
Por Agustina Vallena (18 años)