Con la creación de manualidades, una joven abre caminos y solventa sus estudios

Ser estudiante de ingeniería civil requiere de muchos gastos, pero cuando la creatividad se hace presente, se puede solventar una carrera difícil. Rosi Ruiz Díaz (21) se dedica a la venta de manualidades para invertir en materiales del estudio que cursa.

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Cargarse de valor para poner en marcha una iniciativa es solo para valientes, pues el pensamiento de “qué pasa si fracaso” muchas veces nos ataja en el intento de sobresalir. El método que Rosi utiliza para ganar su propio dinero y así solventar sus gastos en la universidad consiste en hacer diferentes tipos de manualidades para posteriormente venderlas.

Aparte de ser profe particular y de declamación, Rosi expresa que gracias a su hermana comenzó a hacer carpetas creativas hace más de un año, ya que la misma entregó un trabajo de escuela, hecho por Rosi, que fue del agrado de los compañeros. “Comencé cobrando 15.000 guaraníes por mano de obra y en mi tiempo libre hago los moldes o preparo carpetas forradas para agilizar los pedidos", cuenta.

Además de carpetas creativas, también centros de mesas, trifolios, maquetas y decorados para baby showers son algunos de los pedidos más frecuentes que llegan a Rosi. “Para mí, las manualidades son relajantes, porque al hacerlas pongo la música y utilizo mi pieza como taller”, comenta la joven.

Asimismo, lo que Rosi recauda en sus ventas va destinado a gastos como matrícula de facultad, derecho a exámenes y libros, pues estudiar ingeniería civil requiere de muchos gastos. “Hoy día, interactúo con la gente a través de Instagram y Facebook en mi cuenta @MagicPapers20”, comenta.

Para lidiar con varios trabajos de la facultad y extracurriculares, la joven aconseja que es recomendable consultar con un médico para que te recete las vitaminas y fortificantes necesarios. “A veces, la gente es cruel y te tira mala onda por los trabajos y en muchos casos el cliente no tiene la razón, pero siempre intento tomar los comentarios como constructivos", señala.

Los jóvenes deben arriesgarse porque ahí está la ganancia. Englobando todo, la vida es una sola y es mejor quedarse con la mentalidad de que por lo menos intentaste y no decir después qué iba a pasar, recomienda Rosi.

Por otro lado, la joven cuenta que un trabajo puede costarle menos de un día y, dependiendo de lo que pidan, el tiempo varía. “Una maqueta, por ejemplo, hago por 180.000, ya que solo los materiales rondan por los 80.000, más la mano de obra”, señala.

Rosi dice que los tres puntos clave para tener voluntad son Dios, familia y vos mismo, porque si uno tiene buena vibra todo lo demás viene por añadidura; “cuando se quiere, se puede", finaliza.

Por Ezequiel Alegre (18 años)

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