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A temprana edad, el amor a la literatura se manifestó en Ana Miranda, una joven interesada en ser escritora. Gracias a la influencia de su madre y sus tías, ella descubrió las actividades que llenan de felicidad sus días: leer y escribir historias.
La semana pasada, la joven publicó su primera obra independiente denominada Abismos, que tiene cuentos de todo tipo, con una gran variedad de temas. “El objetivo en común de cada relato es ilustrar una realidad en la que nada es blanco y negro, sino una variada escala de grises”, afirma la escritora.
El primer cuento que Ana había elaborado se llama La mitad de una naranja, con este trabajo, ganó una mención en un concurso de cuentos. “Honestamente, suelo releer mis primeros textos cuando me siento desmotivada, de esta manera aprecio lo mucho que evolucionó mi estilo, lo considero un recordatorio de mi esfuerzo y mi trabajo”, comenta la autora.
Ana describe la literatura como la capacidad de crear nuevos mundos a partir de la palabra; es por ello que desea dedicar su vida a las letras. “Mi sueño es vivir de los libros y de la enseñanza del castellano en alguna universidad del exterior”, señala la joven.
Los jóvenes deben apreciar la literatura, ya que es un pasatiempo sano y apasionante, a través del cual uno puede ampliar sus conocimientos y vivir nuevas aventuras. Además de la agilidad mental y la creatividad, Ana resalta otros beneficios del hábito de la lectura: “Creo que lo más importante es el placer y la felicidad que nos produce leer”.
“La literatura sigue siendo tratada como una actividad de ‘intelectuales’ o ‘ñoños’, como se los llama entre los niños y adolescentes, por lo que los autores paraguayos no son muy reconocidos entre los 'readers' del país”, opina Ana. Añade que los temas de interés juvenil son difíciles de encontrar en las obras de escritores antiguos y con trayectoria. Por esta razón, la escritora sostiene que los libros extranjeros tienen mayor demanda.
Hay jóvenes que tienen el sueño de que sus textos se divulguen alguna vez y sean disfrutados por los lectores. Sin embargo, muchos de estos escritores aficionados piensan que publicar sus propios libros es imposible en nuestro país. La joven anima a esforzarse para conseguir esta meta, así como ella logró su anhelo.
“Desechen por completo esa idea romántica del escritor que bebe, fuma y se inspira místicamente. Es con dedicación, trabajo y disciplina que se pueden alcanzar las metas”, finaliza Ana.
Por Belén Cuevas (16 años)