Con el método “hidropónico” de cultivo, jóvenes crean su propia huerta orgánica

Lechugas, rúculas, acelgas y otras hortalizas frescas visten de color verde la huerta orgánica de Marcos Aponte (27) y Pamela Castro (26). La pareja, a través de un innovador método de cultivo llamado hidroponía, llevó a cabo un colorido emprendimiento.

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Pequeños brotes de lechugas resaltan en el patio de una pareja de emprendedores que decidió montar su propia huerta orgánica. Por medio de la hidroponía, modalidad que va ganando cada vez más terreno, Marcos y su esposa Pamela se dedican a cosechar una variedad de hortalizas. “Nuestra intención es ofrecer una mejor calidad de verdeos, pues con la hidroponía se consiguen rendimientos muy superiores a los que se obtienen en cultivos a cielo abierto”, expresa Marcos.

El joven es licenciado en administración agraria y ya tiene experiencia en el campo agropecuario, lo que ayudó a llevar a cabo su huerta orgánica. “Pamela y yo empezamos el año pasado, a finales de octubre. Al principio, estábamos dubitativos porque la infraestructura que requiere la hidroponía es muy compleja, pero nos animamos y, gracias a un préstamo, montamos nuestro primer invernadero con 500 plantas”, comenta el emprendedor.

Actualmente, los jóvenes van por su segundo invernadero y, esta vez, con una capacidad de 1.600 plantas. “Triplicamos nuestra producción e increíblemente tenemos un gran capital de retorno, lo que nos motiva aún más a seguir progresando”, indica Marcos. Asimismo, con opciones que varían entre lechugas crespas y moradas, también se van sumando las acelgas y rúculas “siendo nuestra producción final tan alta que ya empezamos a recibir pedidos de diferentes empresas”, menciona.

Igualmente, la pareja recibe a estudiantes de distintas universidades en su huerta y, además, ofrece charlas, con el fin de fomentar un método de cultivo diferente. “No se utilizan pesticidas, el nivel de ahorro de agua es de hasta un 90 % debido a la reutilización y los productos crecen en un ambiente meticulosamente controlado, por lo que motivamos a los jóvenes a emprender actividades relacionadas a esta técnica”, señala Marcos.

“Tenemos mucha aceptación, ya que la gente va dejando de lado ese miedo a probar lo nuevo y está optando más por los productos hidropónicos por el valor nutritivo obtenido del contacto directo con el agua, sin necesitar de la tierra”, indica el joven. Con cada cosecha, las personas se acercan y ellas mismas eligen los productos que desean, teniendo un contacto directo con las hortalizas producidas.

El emprendedor destaca lo fácil que resulta mantener los invernaderos, siendo solamente él y su esposa los responsables del mantenimiento. “Mucha gente ya se está animando a iniciar en el campo de la hidroponía porque ahora se montaron, aproximadamente, 30 invernaderos solo en Asunción; de esta manera, recomiendo a todos armar su propia huerta orgánica ya que, aunque no se trate de emprender, la misma ayuda mucho a comenzar con un cambio en la calidad alimenticia”, finaliza Marcos.

Por Macarena Duarte (17 años)

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