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En tiempos en los que resultaba difícil acceder a una computadora y los smartphones aún no eran muy populares, los establecimientos cibernéticos se llenaban de gente. Por ejemplo, es seguro que tu profesor, alguna vez, te dejó una tarea de investigación y, al no tener libros, recurrir al cíber era tu única opción.
Desde tempranas horas, niños, adolescentes y jóvenes asistían a este lugar no solo para realizar trabajos de la escuela o del colegio, sino también para entretenerse con videojuegos y compartir con amigos a través de las redes sociales. ¿Te acordás de esas tardes en las que te pasabas navegando y revisando Orkut?
Si extrañabas a tu chuli, quien se encontraba lejos, y no tenías tu Nokia 1100 para enviarle un mensaje de texto, un cíber era la cura para tu techaga'u. Con solo 2.000 guaraníes, tenías la posibilidad de navegar por una hora en Internet de forma ilimitada y, así, al fin podías chatear con tu novia y verla por videollamada en Skype.
Por otro lado, ta ta ta ta la metralleta y pas pas la pistola son los sonidos del tiroteo que se oían durante el enfrentamiento entre policías y terroristas, que disputaban una guerra en el Counter Strike, un juego de ordenador que caracteriza a los cíber. Por tanto, una tarde aburrida con tus amigos se convertía en horas de diversión, hasta que tu mamá te llamaba y te decía “eñetrauma jeyma hina nde mita'i”.
Tanto niños como adultos pasaban horas navegando en la red y, ahora, los locales cibernéticos van desapareciendo, debido a que las personas poseen mayor accesibilidad a computadoras, smartphones e Internet. En consecuencia, los dueños de los cíbers se ven obligados a ofrecer nuevas atracciones como, por ejemplo, las actuales consolas de videojuegos.
Por otra parte, hace algunos años, los estudiantes iban a investigar en los cíbers y de esa forma realizaban sus tareas. En la actualidad, aunque sea incorrecto, algunos locales cibernéticos se encargan de realizar los trabajos prácticos, por una cierta suma de dinero.
Hoy por hoy, las personas tienen más facilidades que antes, pues con sus celulares pueden realizar sus trabajos prácticos. Además, muchos profesores implementan el uso de la tecnología en sus clases y ya no piden las tareas impresas, sino que te indican que los mandes a una app, como Classroom, o al correo electrónico.
Al parecer, los pasos agigantados que está dando la tecnología hacen que los cíbers vayan perdiendo clientes. Entonces, ¿será que estos locales dejarán de existir en poco tiempo?
Por Alejandro Gauna (18 años)