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Rimel, labial, delineador, sombras y demás elementos de maquillaje son los artículos que, para la mayoría de las mujeres, es obligatorio tener en la cartera. El objetivo es estar preciosa todo el tiempo que una se encuentre fuera de casa.
En el desafío de lucir perfectas, las chicas recurren a usar muchísimos cosméticos, por lo que al cargar exageradamente sus rostros terminan imitando al Guasón y, en el peor de los casos, dañando su propia piel. Para evitar el deterioro de la tez es importante que los cosméticos sean “no comedogénicos”, es decir, que no tapen los poros ni propicien puntos negros.
La moda del "no make up" surgió como una opción para evitar estos problemas. Este estilo se desprende en dos fases: la primera consiste en tener solo unos toquecitos de maquillaje para que el rostro parezca súper natural, mientras que la segunda se basa en mostrar la cara real sin una sola gota de cosméticos.
Las mujeres que prefieren decir adiós al maquillaje no encuentran problemas en el momento de lucir sus rostros al desnudo, ya que así, mientras cuidan su tez, demuestran que su encanto es totalmente natural. Para ellas, evidenciar que la cara lavada es más hermosa que una cargada de polvo, rimel y sombras es una tarea en la que ni siquiera deben pasar horas frente a un espejo.
No obstante, existen chicas que creen que es un error despedirse totalmente de las máscaras de pestañas, bases, rubores, delineadores de ojos y demás artículos de belleza. Según ellas, se deben tapar en lo posible los rastros de acné, ojeras, puntos negros y otras imperfecciones, por lo que prefieren unos toquecitos para estar radiantes.
Entonces, ¿es mejor una cara lavada o una maquillada? La respuesta la tiene cada mujer dependiendo de la ocasión, el lugar y el gusto personal.
Obviamente, el rostro es parte de la carta de presentación de cada una, por lo que a veces ayuda un poco la magia cosmética para resolver algunas imperfecciones, pero si una mujer está conforme con su apariencia, no hace falta que recurra al uso de cosméticos.
La belleza de una chica no se debe medir por el maquillaje que lleva puesto, sino por lo estupenda y hermosa que luce sin tantas “ayuditas” extras.
Por Rocío Ríos (18 años)