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Si luego de un pesado día te sentís triste, cansado o adolorido, entonces, tu mejor solución es ponerte a cantar. No importa si lo hacés bien o mal, si el escenario es el baño, el auto o un karaoke o si el género musical es cumbia, rock o una balada; con el simple hecho de entonar tus canciones preferidas, estás aportando múltiples beneficios a tu salud física y emocional.
“No canto para ser feliz, soy feliz porque canto”, expresó alguna vez el filósofo estadounidense William James. Decile bye bye al mal humor, la depresión y las preocupaciones y dale la bienvenida a una lluvia de felicidad y energía. Sin duda alguna, entonar alguna canción mejora muchísimo tu estado de ánimo y libera todo el estrés que tenés acumulado. Así que, después de tantos problemas cotidianos, ya sabés cuál puede ser la solución, al menos por un buen rato.
Aunque suene raro, muchos médicos recomiendan a las personas que canten, debido a los múltiples beneficios que ese hábito aporta a la salud, pues, al hacerlo, aumentás tu capacidad pulmonar, mejorás tu atención mental, ejercitás tus músculos faciales y abdominales, limpiás tus conductos respiratorios y, lo más importante, liberás endorfinas analgésicas que te ayudan a aliviar algunos dolores.
El simple hecho de cantar también mejora el sueño, desarrolla las habilidades de escucha y aumenta la autoestima y la confianza. No es necesario que te dediques profesionalmente a esto, tampoco es imprescindible que tengas una voz de tenor o soprano; la idea es solo disfrutar de ese momento tan relajante y divertido. Entonces, ¿qué esperás para entonar esa música que hace tiempo está sonando en tu cabeza?
Por Valeria Candia (19 años)