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Las principales ciudades del mundo, como las zonas céntricas de Londres, París y Buenos Aires, no cuentan con cables a la vista hace bastante tiempo. Sin embargo, en nuestro país la maraña de cables, presente en cada esquina, parece quedarse en una historia sin fin. ¿Cuánto más tenemos que esperar para que ANDE y Copaco implementen las líneas subterráneas de energía?
La argumentación principal de las autoridades se basa en el alto precio de la implementación de los conductos subterráneos; sostienen que su costo es de hasta diez veces más que levantar tendidos por la vía aérea.
A pesar de la alta cifra, es necesario que la inversión se realice lo antes posible, ya que los cables a la vista no solo contribuyen a la contaminación visual, sino también presentan un peligro para las personas en días de tormenta.
Encontrarse con cables totalmente enredados en cada esquina resulta muy molesto a los ojos y estas telarañas eléctricas ofrecen un aspecto descuidado de la ciudad. En días de lluvia y vientos fuertes, los ciudadanos se preparan para los cortes de energía ocasionados por el temporal. Además, al caer los árboles, muchas conexiones quedan expuestas y podrían ocasionar graves accidentes para los transeúntes.
La ventaja principal de los conductos subterráneos es la seguridad que ofrecen; ya no es necesario hacer todo un ritual de comprar velas y preparar linternas cada vez que soplan vientos fuertes.
En nuestro país, los cables subterráneos se implementaron por primera vez en el barrio Loma San Jerónimo; el proyecto se inició como una prueba que posteriormente se iría extendiendo a otras zonas y ciudades principales del país. Sin embargo, aún parece lejano el sueño de poder sacar fotos lindas con amigos sin tener que recurrir a photoshop para borrar los tendidos de electricidad y no tener que preocuparnos por el mal clima.
Ya es momento de que se empiece a invertir en cosas útiles que solucionarían un problema cotidiano como los constantes cortes de luz. Además de ofrecer una apariencia cuidada y limpia de la ciudad, el cableado subterráneo brindaría un área libre de contaminación visual.
Por Fiona Aquino (18 años)