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Hace aproximadamente 2.000 años, en China se originó el bonsái o "árbol en maceta", un trozo de la naturaleza en tamaño pequeño. Esta técnica o, mejor dicho, tradición pasó a Japón en donde las personas fueron perfeccionando sus arbolitos con estilos completamentes diferentes.
Podés realizar un bonsái de los árboles más conocidos y tradicionales de nuestro país, como el yvapuru, tatarê, guavirá y tajy, aunque este último es difícil que florezca, por su tamaño pequeño. A pesar de su miniatura, algunos dan sus frutos, muy apreciados por su perfección.
En nuestro país, existen muchas personas amantes del bonsái e incluso se dedican a coleccionarlo y venderlo, dando un estilo diferente a los jardines. En algunos países, se han implementado las clínicas del "bonsainismo", pues, según especialistas, trabajar con esta técnica genera mucha tranquilidad y reduce el estrés.
Una buena poda, alambrado para dar molde a las ramas, abono de buena calidad y muchísima paciencia son las herramientas fundamentales para tener un maravilloso bonsái. Algunos tardan años en perfeccionarse, mientras otros se forman rápidamente y viven por mucho tiempo.
El precio de los pequeños arbolitos en proceso de crecimiento es de G. 300.000 aproximadamente, en tanto que los más elaborados los encontrás a partir de G. 1.500.000. Igualmente, el cuidado del bonsái debe ser especial y mucho más si vas a tenerlo en tu patio porque el clima del país suele ser inestable, por lo que tu plantita necesitará más atención.
Son pocas las veces en que se puede apreciar la copa del árbol desde arriba; sin embargo, con el bonsái podés contemplarla sin inconvenientes. Admiremos la belleza que nos regala la naturaleza en los arbolitos en miniatura.
Por Mónica Rodríguez (19 años)