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Las pilas son elementos altamente tóxicos, pues contienen sustancias químicas muy peligrosas que pueden alterar la salud de las personas y de los animales, y puede destruir el suelo y el medio ambiente en general. Este problema fue comprendido por el ambientalista Rubén Figueredo, quien recolectaba las pilas en desuso y las guardaba en tambores, para que las mismas no contaminen el entorno ambiental.
A simple vista, el actuar de Figueredo es muy loable, pues dedica su tiempo al cuidado de la naturaleza, acción que debería ser llevada a cabo por el Gobierno, a través de la Secretaría Nacional del Medio Ambiente (Seam). Pero la Fiscalía no lo entendió así, pues, días atrás, solicitó al juez que lo condenen a dos años y medio de prisión, por no contar con licencia y “procesar de manera ilícita los desechos”.
Lo más llamativo del caso es que el trabajo que venía haciendo Figueredo llevaba más de 15 años y, en mayo del 2010, fue declarado de interés ambiental nacional por la Seam. La imputación cayó de repente para el ambientalista, pues la Fiscalía lo imputó de un día para el otro, sin siquiera advertirle que la campaña que venía realizando por años era ilegal.
La condena a Rubén Figueredo fue como un baldazo de agua fría para todos los ambientalistas y la ciudadanía en general, pues a diario somos testigos de cómo grandes industrias arrojan sus desechos contaminando nuestros lagos y ríos. Además, la deforestación en varios puntos del país no deja de crecer y kilos y kilos de basuras son arrojados a las calles en medio de cada lluvia. ¿Dónde está la condena para estas personas que realmente destruyen al medio ambiente?
Para colmo, recientemente, el presidente Horacio Cartes firmó un decreto en el que autoriza a la tala masiva de árboles que se encuentran dentro de una estancia que le pertenece. ¿Dónde está la fiscalía para actuar en esta situación?
El caso del ambientalista Rubén Figueredo es una muestra más del porqué nuestro país posee uno de los peores sistemas judiciales del mundo. En estos días, la Municipalidad de Asunción solicitó a la ciudadanía que guarde las pilas en sus hogares, pues no cuenta con un sistema de reciclaje para estos elementos. Entonces, ¿qué hacemos?, ¿cuidamos el medio ambiente o evitamos ir presos?
Por Brian Cáceres Verón (18 años)