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Existen muchas personas que tienen el don de hacer reír a los demás con sus infaltables chistes de Jaimito, que se presentan en cada reunión, en las rondas con amigos y en los asados familiares. Todos conservan su lado humorístico para cada situación que incluso te hará doler la panza de tantas carcajadas.
La forma y la actitud con las que cuentes los chistes tienen mucho que ver para hacer reír a tus semejantes. De nada sirve contar una chanza con la cara malhumorada porque solamente aburrís y, en vez de subir el ánimo de la gente hasta las nubes, lo único que hacés es bajarla hasta el núcleo de la Tierra, ¿no creés? Los clásicos de Jaimito, por más que los escuchemos 100 veces, nos hacen expulsar varios ja ja já.
Te acordás del chiste que dice así: “Una vez, la mamá de Jaimito le pidió que vaya a comprar un kilo de cochino; mientras él formaba en la fila, se metió el dedo en la nariz y el carnicero lo miró y dijo: ¡hey, cochino! E inocentemente, Jaimito respondió, ¡un kilo, por favor!”.
Contar chistes es una buenísima manera de romper el hielo cuando vas a empezar a charlar con una persona o en el momento de reunirte con tus amigos para tomar un refrescante tereré. El ambiente se torna más agradable y gracioso cuando escuchamos diferentes frases cómicas; aunque muchas veces el chiste sea malo, la risa de tu amigo contándolo hace que sea más divertido.
Por otro lado, cuando querés acercarte junto a la persona que te gusta, lo primero que te preguntás es “¿qué le voy a decir?”. Una vez más, Jaimito tiene la solución a ese inconveniente. Un buen chiste te ayuda a conquistar y, de esa manera, podés conseguir al amor de tu vida, simplemente emitiendo una frase llena de humor con carisma.
Para cerrar con broche de oro, seguro la siguiente frase humorística te recuerda a alguien, ¡atendé! “Se encuentra Jaimito con el presidente de la República y el gobernante le dice: ¡vos sos Jaimito, el de los cuentos! Y Jaimito le contesta: no, el de los cuentos sos vos, yo soy el de los chistes”. ¿Qué esperás? Andá y contale a tu amigo las ocurrencias de este personaje popular para que su ánimo suba hasta las nubes.
Por Ezequiel Alegre (16 años)