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Hace poco, la ciudadanía quedó conmocionada al enterarse de dos casos de fetos que fueron abandonados; el primero lo encontraron en el Colegio Técnico Nacional y el segundo, en una estación de servicios de San Lorenzo. Varios internautas manifestaron a través de las redes sociales su total repudio a estos actos en los que la única víctima es la vida inocente que queda interrumpida.
Muchas veces, como jóvenes, creemos que las cosas malas no nos sucederán y que todo se encuentra bajo control. Pero, al chocar con la cruda realidad, no sabemos qué hacer y optamos por un camino que, supuestamente, va a enmendar nuestros errores y nos liberará de nuestros pecados sea como sea, para no hacer frente a nuestras responsabilidades.
He aquí la frase célebre que seguro en algún momento tu mamá, tata, tía o amiga te dijo: “Más vale prevenir que lamentar”. La expresión queda como anillo al dedo con este tipo de situaciones, ya que, en verdad, tus conocidos no lo dicen para molestarte, más bien para que prestes atención a la hora de actuar porque cada acción acarrea una consecuencia.
Tener una noción sobre el posible efecto de lo que hacemos es la tarea que para muchos chicos aún queda pendiente. La idea de que no nos va a pasar luego nada y el hecho de culpar a nuestros amigos porque “ellos nos incitaron” deberían quedar atrás, como muestra de que somos maduros y deberíamos ser responsables.
Si tan solo nos pusiéramos a pensar antes de hacer algo, muchas personas no se verían forzadas a aguantar malestares ni obligaciones que surgieron después de “dejarse llevar por el momento”. Tantos jóvenes con enfermedades como el sida, sífilis o la gonorrea, además de muertes de inocentes, cuyos padres no tuvieron el valor de ir adelante, serían prevenidos con el simple hecho de buscar una medida alternativa tan conocida como el uso de preservativos.
¿Sabés cuál es la receta perfecta para evitar enfermedades o un embarazo no deseado? Simple: pensá antes de actuar.
Por Rocío Ríos (18 años)