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“No te vayas sola por la calle a la noche, pedile a alguien que te acompañe”, “no saques tu celular cuando estás afuera, te pueden robar” son algunos de los consejos que toda madre da a sus hijos antes de que salgan de sus casas, pues no saben qué clases de delincuentes pueden estar esperando al acecho.
Ante tanta inseguridad, muchas personas se sienten indefensas frente a la constante inacción o falta de efectividad de la policía ante los asaltos. Es por esto que varios ciudadanos han decidido encontrar sus propios métodos para defenderse a sí mismos.
Últimamente, se ha visto que en algunos barrios existen las famosas “comisión garrote” en donde, ante la presencia de algún maleante, salen a atacarlo al más puro estilo de Payo Cubas: a cintarazo limpio. Aunque en muchas ocasiones las autoridades explican que no es la forma adecuada de actuar, según los miembros de dichas comisiones, “es la única manera de hacer justicia”.
Practicar defensa personal no resulta una mala idea en estos días. Muchas mujeres han optado por aprender técnicas profesionales de protección personal, pues las hace sentir más seguras a la hora de salir a las calles; sin necesidad de armas o golpes bruscos, podés inmovilizar a tu atacante si sabés realizar algunas maniobras de defensa personal.
El gas pimienta parecía algo que solo se veía en la televisión; sin embargo, muchas personas tienen un pequeño frasco en sus mochilas o carteras que les ayudaría a escapar de una situación peligrosa. No se necesita saber técnicas específicas o tener un grupo de vecinos al acecho para lograr librarse de un asalto.
La picana eléctrica también se ha convertido en un arma de defensa personal. Aunque pueda resultar peligroso, algunas personas deciden comprarse una picana, pues inmoviliza de forma instantánea a cualquier sorpresivo asaltante. Por su venta libre y bajo costo, hubo un aumento en la compra de este artículo desde el 2015.
Lastimosamente, ante la falta de efectividad por parte de la Policía y las autoridades, los ciudadanos se las tienen que arreglar para poder defenderse a sí mismos, pero sin provocar daños graves al maleante porque, de otra forma, los delincuentes serían las víctimas. Ojalá, algún día, podamos transitar tranquilos por las calles de nuestras ciudades sin tener que andar con los ojos en la espalda todo el tiempo; mientras tanto, la autodefensa parece el único recurso seguro.
Por Divina Alarcón (18 años)