Andar en buses, la odisea de aguantar asientos rotos y viajes en la estribera

Comenzás tu lunes con una sonrisa, todo va bien, hasta que te subís a un colectivo con asientos rotos, timbres descompuestos y pasajeros en la estribera. Muchos transportes públicos, en vez de brindar un buen servicio, reflejan un pésimo estado.

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Para un ciudadano común y corriente, que depende mañana y noche del servicio del transporte público, aguantar las condiciones deplorables de los buses es una batalla cotidiana. Aparte de convertirnos en sardinas bajo el sol y aguantar a cada pasajero, el combo del terror se completa con el maltrato que dan ciertos choferes de las líneas.

El juego del miedo no termina solo en el mal estado de los micros, ya que, lamentablemente, es común ver a los choferes creerse el cuento de que son corredores de rally al momento de jugar carrera con otros buses. Tal vez sea un sueño del que no despertamos o solamente existen conductores que aún no miden el peligro en las calles pues, más que un trabajo, ellos tienen la responsabilidad de transportar vidas.

A veces, uno se pone a pensar si realmente vale la pena invertir 3.500 para viajar y ver al chofer usando su celular, haciéndose del loco jugando carreras, aguantar a ciertos simios que arrojan residuos dentro y fuera del bus o para estar parado bajo el acondicionador de aire descompuesto. Además, supuestamente, dentro de un colectivo no deberíamos mojarnos cuando se presenta alguna lluvia; sin embargo, los buses chatarras, incluso los diferenciales, suelen regar a sus pasajeros.

Si bien existe un Reglamento General de Tránsito que obliga a las empresas de transporte público a ofrecer un servicio confortable para los pasajeros, al parecer, dicha regla solo es un adorno escrito.

Asimismo, el viajero tiene la posibilidad de denunciar irregularidades de los colectivos a la línea de la Policía Municipal de Tránsito que atiende reclamos al número (021) 293 386. Por ejemplo, buses hediondos, pasillos sucios, asientos descompuestos, pasajeros en la estribera, conductores hablando por teléfono o, incluso, tomando tereré, etc., deben ser denunciados.

Sí, los que viajan de lunes a lunes en colectivos comprenderán que cada espera en la parada es una nueva historia combinada con toda clase de sentimientos. A vos, ¿cómo te tratan las líneas que frecuentás diariamente?

Por Ezequiel Alegre (18 años)

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