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Desde siempre, los piropos y el acoso callejero han sido tema de debate. En nuestro país, es recurrente que una mujer esté expuesta a cierto tipo de “halagos” cuando circula en la vía pública, los cuales, si bien en algunos casos son inocentes, en otros tienen una clara connotación de acoso sexual.
El proyecto de ordenanza de la consejala capitalina Rossana Rolón consiste en castigar a quienes acosen a las mujeres en la vía pública o en espacios privados. Esta propuesta se enfoca, especialmente, hacia los “acosadores del micro”. Asimismo, se dieron a conocer las multas que serán entre 15 a 20 jornales mínimos para aquellos hombres que se pasen de la raya con sus “halagos”. La norma sanciona también los toqueteos y roces corporales en el bus.
Al conocerse esta noticia, los comentarios negativos saltaron como el pororó en cocción. Lastimosamente, cada vez que se saca del cajón el tema de acoso callejero para debatir, muchos salen rabiosos a opinar que es una pérdida de tiempo y que las mujeres son unas amargadas porque no quiren ser “halagadas”.
“No quiero tus piropos, prefiero que me respetes” es una frase que sonará muy repetitiva para muchos, pero si los “halagos” se hacen insoportables, esa expresión simboliza un escudo para aquellas mujeres que se sienten vulnerables ante el acoso callejero. Además, las chicas no tienen por qué quedarse de brazos cruzados, soportando comentarios repulsivos.
Por otra parte, lo que pasa con algunos hombres es que carecen de empatía y caballerosidad, pues, si eran mujeres también iban a sentir coraje cuando escuchasen que le gritan en la calle “Mamita, que sabrosa estás”.
Quizás, a simple vista, ya observemos que este proyecto tendrá sus dificultades a la hora de la aplicación, como la presentación de evidencias y testigos. Pero, ¿acaso en nuestro país existe una norma perfecta que dejó de ser letra muerta? De alguna u otra manera, alguien debe encargarse de estos temas para erradicar de una vez por todas el acoso callejero.
Ojalá esta normativa de la comuna asuncena tenga resultados positivos a la hora de llervarla a la práctica y que no se quede en el oparei. Así también, esperemos que un senador o diputado se tome la molestia de presentar un proyecto de ley para que la regla pueda regir en todo el país y nuestra sociedad logre tener un avance en la civilización y no un retraso, al cual estamos acostumbrados.
¡Así es que, atenti galán, antes de pasarte de listo con tus piropos grotescos!
Por Dahiana Galeano (19 años)