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Estás esperando tu turno en una cola más que larga. De la nada, observás por uno de los costados cómo una persona pasa y se coloca en el primer lugar de la fila. El individuo exige enérgicamente que sea atendido primero ya que tiene un cargo político. Esta situación es una prueba del abuso de poder.
Un hecho como este ocurrió con el intendente itapuense del distrito de Edelira, Nicasio Franco (PLRA), quien discutió acaloradamente con un joven que le reclamó al gobernante el porqué este se había metido en el frente de la cola del peaje de Trinidad, sobre la ruta VI “Juan León Mallorquín”. La discusión incluso llegó hasta los golpes.
La pelea fue grabada y generó gran indignación al difundirse en las redes sociales por la forma “ejemplar” en la que actuó el intendente. Resulta irónico que el que debería ser el ejemplo como autoridad comunal, es el primer infractor.
Las personas, en reiteradas ocasiones, se confunden y creen que tener un cargo público significa poder pasar encima de cualquiera, las veces que quieran, por poseer una investidura que “lo acredita”. Algunas autoridades actuan a lo mbarete y aires de grandeza ya que piensan que el papel que tienen en la sociedad es mayor a la de cualquier otro individuo.
Bajo el lema “Yo soy la autoridad, la ley y atrás lo populacho” muchos políticos no respetan a los demás. ¿Te parece justo que estés mucho tiempo en una larga fila y de la nada aparezca un “X” y acceda al primer lugar de la fila?
Los dirigentes deberían ser el ejemplo a seguir, ya que al ser electos se convierten en las caras visibles de una sociedad. Además, ellos definen el rumbo de este suelo guaraní; en sus manos se encuentran el futuro de una ciudad y el progreso de nuestro país. Lo ocurrido en el puesto de peaje de Trinidad es una vergüenza, ya que demuestra la falta total de respeto hacia los ciudadanos.
No importa el cargo que uno ostente, al fin y al cabo todos somos iguales ante la ley, un político es un individuo como cualquier otro, por lo que debería también bancarse una fila, esperar su turno y no pasar encima de los demás.
Las autoridades tienen que respetar al pueblo y llevar más en cuenta la frase: “Mis derechos terminan donde comienzan los tuyos” ya que, dentro de cinco años, el poder acabará y si quieren seguir en cargos públicos, tendrán que mendigar votos.
Por Rocío Ríos (18 años)