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Juego de luces, sonido retumbante y un dj alzando las manos son las características de la electro dance music (EDM). Las canciones de este estilo tienen una vibra tan alta que, al escucharlas, fija que das rienda suelta a los movimientos de tu cuerpo y no tardás en marcar el ritmo con las manos.
Para la producción e interpretación de las canciones son necesarios los instrumentos musicales electrónicos, la tecnología musical y una persona que tenga el talento para mezclar los sonidos y crear una magia excepcional.
Pongamos por caso el tema "Turn Down for What", la tonalidad de por sí ya produce una sonrisita en tu rostro, primero, por el meme que seguro viene a tu mente y, segundo, por el buen ritmo que te invita a danzar. Martin Garrix, The Chainsmokers, Alan Walker, Dj Snake y Major Lazer son, sin duda alguna, los genios del EDM.
El hechizo de la música electrónica tiene su historia y base en Daphne Oram, ya que ella fue una de las primeras creadoras de este estilo. Desde pequeña, aprendió a ejecutar el piano y el órgano, además de composición musical. En 1942 le ofrecieron un lugar en el Royal College of Music, pero ella lo rechazó y aceptó una posición en la BBC como encargada del balance tonal de la música e ingeniera de estudio. Esta mujer es la creadora de la técnica "Oramics", la que permite convertir dibujos en sonidos, que era usada para crear sonoridad electrónica.
Hoy por hoy la EDM es muy aceptada por los jóvenes ya sea a nivel local como internacional. Varios festivales son conocidos y frecuentemente realizados en nuestro país. La aprobación del público se percibe, también, en las distintas radios de nuestro país, pues así como se escuchan la cumbia y el reguetón, la música electrónica impone su bullicio y explosión de sonidos.
¿Quién se puede resistir a saltar al oír un tema de David Guetta? Concentrate en que los chasquidos de tus dedos estén al unísono con cada ritmo y en cantar tan fuerte el coro de tu música favorita. La canción ya está sonando fuerte en el parlante, retumbando en las paredes; tu cuerpo no puede evitar menearse y comenzar una coreografía espontánea. ¿Estás listo para la magia? 3, 2, 1, ¡go!
Por Rocío Ríos (19 años)