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Estas en un día normal, yendo al trabajo, pensás “cobro este fin de mes y ya tengo para pagar la penúltima cuota de mi celular”. De repente, te llega la noticia de que todos deben quedarse en sus casas, ya que el país está en cuarentena.
“¿Cómo?”, “¿por qué?” y “¿en qué momento la situación se volvió tan delicada?” constituyen las preguntas que invaden tu mente. Parecía tan poco probable que la enfermedad llegue a América Latina, mucho menos pensaríamos que el Covid-19 tocaría nuestras puertas. Sin embargo, este virus se expandió más rápido de lo que imaginábamos.
Tenemos muchas cosas que aprender sobre este fenómeno, por ejemplo, la reestructuración de nuestras actividades es el primer desafío al que nos enfrentamos.
El cierre de discotecas, gimnasios, centros comerciales, cines, escuelas y facultades hace que analicemos cómo ocupar nuestro tiempo. Así también, el sistema educativo y los locales de comidas y entretenimiento utilizan la creatividad para seguir funcionando.
Las facultades y escuelas ya tienen clases online, por medio de aplicaciones como google classroom, zoom, canvas, etc. Los supermercados y establecimientos de comida también se suman al #quedateencasa y habilitan sus servicios de delivery.
Este diminuto microorganismo nos hace reflexionar, ya que nuestra ajetreada vida de trabajo y estudio ya no es como antes. ¿Qué es lo verdaderamente importante ahora que la rutina está en pausa?
Estar las 24 horas del día con la familia nos vuelve más unidos; las peleas son inevitables, pero al final del día son nuestros seres queridos quienes están a nuestro lado incondicionalmente. Mantener la distancia, sin besos ni abrazos, es la indicación dada por todas las autoridades de salubridad, es por esto que ahora valoramos la importancia de estos gestos, a los que antes no prestábamos atención.
Los valores universales, como el amor al prójimo, la solidaridad y el respeto, se pusieron a prueba a lo largo de este mes de aislamiento. No cabe duda que el Covid-19 afectó a gran parte de los países en el mundo, en mayor o menor medida. Ni el dinero ni la posición social pueden igualar la importancia que la salud tiene en la vida. La pandemia de coronavirus nos induce también a valorar la sanidad pública y sus profesionales, a compartir en familia y con el prójimo.
Esta situación nueva nos invita a recuperar la humanidad y las relaciones interpersonales, en tiempos en los que la tecnología acerca a miles de personas de todo el mundo. Quizás una de las mejores enseñanzas que podemos extraer de esta crisis es asimilar que además de individuos, somos parte de la sociedad.
Un plato de comida o alimentos no perecederos compartidos con las familias que más necesitan pueden hacer la diferencia en tu comunidad. Así mismo, debés lavarte bien las manos, usar tapabocas en caso de que sea necesario salir y, ante cualquier señal de alarma como tos seca y fiebre, llamá al 154 para recibir asesoramiento y atención médica.
Por Valeria Gómez (18 años)