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De la misma forma en que la temporada veraniega se despide del calendario para dar lugar al otoño, nuestros parlamentarios también dicen adiós a su receso de dos meses, a fin de reanudar la actividad legislativa en ambas cámaras del Congreso. Antes de pasar la página, debemos recordar algunos sucesos que encendieron el pleno de los senadores y de los diputados, generando indignación en la población paraguaya.
La Cámara de Diputados se ganó el título de la “Cámara de la Vergüenza” al salvar de la expulsión a Carlos Portillo, Ulises Quintana y Tomás Rivas, en octubre del año pasado. Si bien el primero está acusado por tráfico de influencias, al segundo se le imputó por tráfico de drogas en carácter de cómplice, siendo recluido en Viñas Cué, y el tercero está imputado por utilizar fondos públicos para pagar los sueldos de sus trabajadores hogareños, todos ellos aún poseen un puesto en la “honorable” Cámara Baja. Entre paréntesis, el juicio a los “caseros de oro” hasta hoy no se ha podido iniciar por las chicanas de los abogados defensores.
Haciendo gala de este nuevo título, los diputados también ensuciaron el proyecto de ley que permitiría a los ciudadanos conocer las declaraciones juradas de bienes de los funcionarios públicos. Ahora, de acuerdo a la versión del proyecto aprobada en la Cámara Baja, esta información estará sujeta a una orden judicial y no se podrá observar libremente en Internet como habían planteado los integrantes de la Cámara Alta.
Por otro lado, en la Cámara de Senadores también existen puntos oscuros que valen la pena rememorar. Por ejemplo, el año pasado los senadores sancionaron una reprogramación presupuestaria de casi G. 2.000 millones para cubrir la excesiva contratación de funcionarios y el despilfarro en diversas gratificaciones, que se realizaron durante la administración del diputado Miguel Cuevas; este legislador está imputado por enriquecimiento ilícito y se encuentra preso en la Agrupación Especializada.
En la bruma desalentadora, el periodo parlamentario del 2019 también nos regaló pequeñas luces de esperanza y la promulgación de la ley que establece el desbloqueo de las listas "sábana" constituye un ejemplo de esta realidad. Con esta nueva reglamentación, los votantes podrán elegir al candidato de su preferencia en las listas partidarias; de esta forma, los aspirantes con más votos pasarán a los primeros lugares de la nómina.
En la misma línea positiva, la ley de financiamiento político constituye otro ejemplo esperanzador pues, debido a esta nueva reglamentación, cada candidato deberá realizar una rendición de cuentas de los recursos que utilizó durante su campaña electoral, tanto en las luchas internas como en los comicios generales . Finalmente, luego de encendidas disputas en ambas cámaras del Congreso, la ley fue promulgada por el Ejecutivo.
Así, entre grandes tropiezos y pequeñas esperanzas, roguemos que en este nuevo periodo parlamentario se castigue con mano dura la corrupción y sigan apareciendo leyes que protejan la construcción social.
Por Rebeca Vázquez (19 años)