Vidas renovadas se construyen con la donación de órganos

Todo lo que conocemos tiene un comienzo y un fin, hasta nuestra existencia; nosotros no decidimos cuándo se esfuma la vida, pero si podemos alargar la de otros. La donación de órganos renueva y regala segundas oportunidades a las personas que más necesitan.

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Lo más importante que poseemos es nuestra vida; cada día nos levantamos y empezamos de nuevo, sabiendo que contamos con una nueva oportunidad para respirar. Nuestra rutina diaria y también las metas que perseguimos parecen oscurecerse cuando un problema de salud nos aqueja.

Pero solo imaginemos por un segundo que nuestra vida dependiera de la donación de un órgano, que no podamos hacer nada para mejorar si no contamos con la buena voluntad de alguien más dsipuesto a regalar parte de su propio cuerpo. La desesperación debe ser terrible para todos los que sufren por estar en esa incómoda posición, además del calvario que pasan quienes los rodean.

Dicen que el tiempo todo lo cura, pero en esos casos se torna en uno de los mayores enemigos, acechando a cada segundo. La espera parece eterna y la esperanza se agota conforme los días pasan y no hay buenas noticias. Mientras, pequeños pero costosos estudios y tratamientos se ponen en marcha, solo para ganar un poco más de tiempo.

Algunos hasta se resignan a que ya no habrá salida; cada vez hay menos oportunidades y las puertas se van cerrando una por una. Un claro ejemplo es lo que sucedió con el querido Brunito, el niño tan identificado con los colores del Olimpia que se hizo famoso y se ganó el cariño de todo un país y sus alrededores. Hace un año, las noticias señalaban que Brunito necesitaba un transplante de riñón; nuestra tierra se conmovió ante la historia del pequeño que tuvo la oportunidad de compartir con sus ídolos del fútbol. Lastimosamente, la donación nunca llegó. La semana pasada se confirmaba el deceso del tan querido niño, dejando en penumbras a mucha gente que se había encariñado con él.

Hasta el famoso cantante Ricardo Montaner lloró su partida; el gran artista lo había nombrado "sobrino" cuando conoció su historia. "Un profundo dolor; hicimos muchos planes para ti, Brunito, pero Dios tenía uno mejor allá en los cielos. Ahora ya no habrá transplantes, ni tardanzas, ni caras largas, ni filas eternas, no habrá medicinas, ni dolor alguno", expresaba Ricardo a través de su cuenta de Instagram.

Casos tan desgarradores siguen aconteciento y solo hay una forma de reducir todo el sufrimiento que producen: donando órganos. Si no te oponés a donar, podés salvar hasta 75 vidas con tus órganos y tejidos; ¿quién no querría ser héroe aunque sea después de la muerte?

Por Diego Benítez (19 años)

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