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El nuevo filme de Scorsese trasciende los límites de la violencia sin sentido para ahondar en temas existencialistas, con un relato de excepcional profundidad. En esta vuelta, la trama de la película de mafiosos no solo describe peleas entre gánsteres, en las que llueven balas y la sangre inunda las pantallas, tampoco pretende resaltar el glamour de la vida criminal, sino que dibuja con lujo de detalles, en un lienzo de miseria, el remordimiento de un criminal a causa de sus elecciones.
Frank Sheeran, encarnado por Robert De Niro, es un anciano que en su juventud fue sicario y, desde un asilo, recuerda los hechos que definieron su vida y el papel que desempeñó en la desaparición de su fiel amigo, Jimmy Hoffa, el famoso líder sindical norteamericano interpretado por el legendario Al Pacino. “I heard you paint houses” es la frase repetida en el filme, haciendo referencia al libro autobiográfico que dio vida a la trama.
No menos importante, el personaje de Russell Bufalino, personificado por Joe Pesci, cumple el rol de mentor delictivo de Sheeran, tomando al personaje principal como su protegido y encargándole tareas poco agraciadas. Con sutiles notas de humor negro, la oscuridad de una vida malgastada en fines estériles, escenografías cuidadosamente seleccionadas y cautivantes diálogos, El Irlándes fue ovacionado por la critica y considerado por varios como la obra cumbre de Scorsese.
La película, recientemente estrenada en Netflix, protagonizó polémicos posteos en las redes sociales, pues muchas personas criticaron la extensión del filme, que tiene una duración de tres horas y media; por ello, Martin Scorsese aconsejó que su obra sea disfrutada en una pantalla grande y sin interrupciones.“Me debato en ver El irlandés en mi celular durante el viaje de cuatro horas que voy a hacer en autobús, pero siento que si lo hago, Scorsese va a aparecer mágicamente a mi lado y me va a dar una paliza”, publicó en Twitter una internauta.
Sin costosos autos, drogas, lujos y el atractivo que, generalmente, rodea de un halo brillante a la vida delictiva hollywodense, El irlándes representa una oscura reflexión acerca de la fragilidad humana y una crítica magistral hacia las narrativas que glorifican el derramamiento de sangre, sin sentido alguno. El filme es un claro ejemplo de que ni siquiera todo la fortuna del mundo garantiza una fiel compañía y la satisfacción de recibir amor en la etapa final de nuestra efímera vida.
Por Agustina Vallena (19 años)