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Nos encontramos en el año 2030 y los antiguos bosques están completamente despoblados, pues todo rastro de vida vegetal y animal desapareció a causa de las altas temperaturas. Las constantes advertencias de los científicos se hicieron reales y ahora la sensación de culpabilidad es lo único que rodea a una tierra infértil y devastada por los estragos del calentamiento global.
Trajes especiales que dan consuelo ante la intensidad del calor y una máscara que resguarda de la humareda abrasadora son las únicas armas ante una térmica superior a los 60°C, pues pasear por las calles de nuestro país es un suicidio y resulta imposible vivir en la superficie. Aunque estos aspectos podrían ser la trama perfecta de una tenebrosa pesadilla, se trata de El relámpago de las tinieblas, un cortometraje paraguayo postapocalíptico.
Teniendo como escenario al Museo de la Electricidad, la trama gira en torno a los pocos sobrevivientes que, pese a las llamaradas y el calor recalcitrante, encontraron refugio en una vieja usina subterránea. Asimismo, escenas retratando el desespero de la gente ante los incontrolables incendios fueron filmadas en situaciones reales, cuando la incertidumbre se apoderó de muchos frente a los focos que consumieron cientos de hectáreas del Chaco y el Amazonas.
El cortometraje se realizó como una actividad académica entre docentes y estudiantes de actuación del Instituto Municipal de Arte y la carrera de Comunicación Audiovisual de la Universidad Americana, quienes facilitaron la infraestructura académica y técnica. La Ande autorizó el rodaje en el museo, participando también el Departamento Audiovisual de la Manzana de la Rivera, centro en el que se proyectó el resultado final del trabajo con acceso libre y gratuito.
“No exponemos a un culpable de la catástrofe porque los mismos sobrevivientes solamente vieron en la televisión los incendios y el fuego llegando a la ciudad, pero pensamos que, al contar con el apoyo de tantas instituciones, debíamos proponer una reflexión”, comenta Ray Armele, profesor de Audiovisual y encargado del guión.
Resaltando la importancia de involucrarse en cuestiones relacionadas a las consecuencias del cambio climático, con El relámpago de las tinieblas, la devastación ambiental compete a todos. “Para impedir catástrofes que afecten a nuestro ecosistema, no solo se requiere la responsabilidad individual, sino también la colectiva”, expresa Armele, aludiendo a un posible “relámpago” que desataría desastres naturales en nuestra realidad, si la falta de conciencia sigue imperando.
Por Macarena Duarte (17 años)